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El cardenal Re despide al papa Francisco: "Fue un Papa entre la gente, con el corazón abierto a todos"

El Decano del Colegio Cardenalicio ha sido el encargado de presidir la misa exequial en la Plaza de San Pedro de Roma.

El Decano del Colegio Cardenalicio ha sido el encargado de presidir la misa exequial en la Plaza de San Pedro de Roma.
El Cardenal Re preside el funeral por la muerte del papa Francisco. | EFE

La plaza de San Pedro ha sido el escenario de la santa misa exequial por la muerte del papa Francisco, acto presidido por el Cardenal Giovanni Battista Re, el Decano del Colegio Cardenalicio. En su homilía, Re ha comenzado evocando el duelo de la Iglesia, pero también su esperanza: "Estamos reunidos en oración en torno a sus restos mortales con el corazón triste, pero sostenidos por las certezas de la fe, que nos asegura que la existencia humana no termina en la tumba, sino en la casa del Padre, en una vida de felicidad que no conocerá el ocaso".

Seguidamente el Cardenal Re ha agradecido la presencia de las Delegaciones Oficiales de decenas de países, Jefes de Estado y Jefes de Gobierno así como a los fieles de todo el mundo presentes en la plaza: "Con gran intensidad de sentimiento dirijo un respetuoso saludo y un profundo agradecimiento. La masiva manifestación de afecto y participación que hemos visto en estos días, después de su paso de esta tierra a la eternidad, nos muestra cuánto ha tocado mentes y corazones el intenso pontificado del Papa Francisco".

Última aparición pública

En sus palabras ha recordado el último momento en el que se pudo ver al Papa públicamente y ha resaltado su esfuerzo en los instantes finales de su vida: "Su última imagen, que permanecerá en nuestros ojos y en nuestro corazón, es la del pasado domingo, solemnidad de Pascua, cuando el Papa Francisco, a pesar de los graves problemas de salud, quiso impartirnos la bendición desde el balcón de la Basílica de San Pedro y luego bajó a esta plaza para saludar desde el papamóvil descubierto a toda la gran multitud reunida para la Misa de Pascua".

La figura del Francisco ha sido vinculada por el Cardenal Re con la del apóstol Pedro: "Nos ilumina y guía la página del Evangelio, en la cual resonó la misma voz de Cristo que interpelaba al primero de los Apóstoles: "Pedro, ¿me amas más que estos?". Y la respuesta de Pedro fue inmediata y sincera: "Señor, tú lo sabes todo; sabes que te quiero". Y Jesús le confió la gran misión: "Apacienta mis ovejas" (cf. Jn 21,16-17). Será esta la tarea constante de Pedro y de sus sucesores, un servicio de amor a imagen de Cristo, Señor y Maestro, que "no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud", ha expresado inspirándose en el Evangelio.

Ese camino del servicio, fue el elegido por el Pontífice: "A pesar de su fragilidad y sufrimiento final, el Papa Francisco eligió recorrer este camino de entrega hasta el último día de su vida terrenal. Siguió las huellas de su Señor, el buen Pastor, que amó a sus ovejas hasta dar por ellas su propia vida. Y lo hizo con fuerza y serenidad, cercano a su rebaño, la Iglesia de Dios, recordando la frase de Jesús citada por el Apóstol Pablo: ‘La felicidad está más en dar que en recibir’".

Asimismo, el Cardenal Re ha repasado la trayectoria del argentino: "Cuando el cardenal Bergoglio, el 13 de marzo de 2013, fue elegido por el Cónclave para suceder al papa Benedicto XVI, llevaba sobre sus hombros años de vida religiosa en la Compañía de Jesús y, sobre todo, estaba enriquecido por la experiencia de 21 años de ministerio pastoral en la arquidiócesis de Buenos Aires, primero como Auxiliar, luego como Coadjutor y después, especialmente, como Arzobispo". Además, ha manifestado que "la decisión de tomar por nombre Francisco pareció de inmediato una elección programática y de estilo con la que quiso proyectar su Pontificado", ya que buscaba inspirarse en el espíritu de san Francisco de Asís.

"Con el corazón abierto hacia todos"

El Cardenal Re ha destacado el temperamento y la forma de guía pastoral del papa Francisco que le "dio de inmediato la impronta de su fuerte personalidad en el gobierno de la Iglesia, estableciendo un contacto directo con las personas y con los pueblos, deseoso de estar cerca de todos, con especial atención hacia las personas en dificultad, entregándose sin medida", en esos momentos ha incidido en los últimos de la tierra, "los marginados". Porque "fue un Papa en medio de la gente con el corazón abierto hacia todos. Además, fue un papa atento a lo nuevo que surgía en la sociedad y a lo que el Espíritu Santo suscitaba en la Iglesia".

Su mensaje ha continuado: "Con el vocabulario que le era característico y su lenguaje rico en imágenes y metáforas, siempre buscó iluminar con la sabiduría del Evangelio los problemas de nuestro tiempo, ofreciendo una respuesta a la luz de la fe y animando a vivir como cristianos los desafíos y contradicciones de estos años de cambio, que él solía calificar como "cambio de época". Además, ha subrayado la espontaneidad y la manera informal de dirigirse a todos, "incluso a las personas alejadas de la Iglesia".

El Evangelio como guía

Lo ha definido como una persona llena de "calidez humana y profundamente sensible a los dramas actuales", que "realmente compartió las preocupaciones, los sufrimientos y las esperanzas de nuestro tiempo de globalización, buscando consolar y alentar con un mensaje capaz de llegar al corazón de las personas de forma directa e inmediata".

"El primado de la evangelización fue la guía de su Pontificado", ha resaltado Re, haciendo referencia al título de su primera Exhortación apostólica Evangelii gaudium. Asimismo, ha mencionado el papel de la Iglesia como ‘hospital de campaña’ durante el legado del Papa: "Una Iglesia capaz de inclinarse ante cada persona, más allá de todo credo o condición, sanando sus heridas". Y sus actuaciones con los débiles: "Innumerables son sus gestos y exhortaciones a favor de los refugiados y desplazados. También fue constante su insistencia en actuar a favor de los pobres".

Un recorrido por sus viajes

El primer desplazamiento del Papa fue a Lampedusa, "isla símbolo del drama de la emigración con miles de personas ahogadas en el mar", en relación con lo expuesto anteriormente. Igualmente, realizó un viaje a Lesbos, junto con el Patriarca Ecuménico y el Arzobispo de Atenas y estuvo presente en una misa en la frontera entre México y Estados Unidos, coincidiendo con su estancia en México.

En total realizó 47 viajes apostólicos, pero el Cardenal ha resaltado uno que quedará en la historia para siempre: "El de Irak en 2021, realizado desafiando todo riesgo". En 2024, con la visita apostólica a cuatro países de Asia-Oceanía, el Papa alcanzó "la periferia más periférica del mundo". Promovió la cultura del encuentro frente a "la cultura del descarte", habló de la cultura del encuentro y de la solidaridad, promoviendo con insistencia: "Construir puentes y no muros" y recordando que la guerra es para todos "una derrota dolorosa y trágica".

Hacia el final, el Cardenal Re ha rescatado las palabras del papa Francisco: "No se olviden de rezar por mí" para añadir emocionado: "Ahora te pedimos a ti que reces por nosotros y que desde el cielo bendigas a la Iglesia, bendigas a Roma, bendigas al mundo entero".

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