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El menú del cónclave: prohibidos los pasteles y las empanadas

Nada de empanadas, aves enteras, pasteles o bollos rellenos. Pero, ¿por qué tienen tantas restricciones con la comida?

Nada de empanadas, aves enteras, pasteles o bollos rellenos. Pero, ¿por qué tienen tantas restricciones con la comida?
Flickr/CC/Mumumío

Tras el fallecimiento del papa Francisco el pasado 21 de abril, hoy miércoles 7 de mayo comienza el cónclave donde se elegirá el próximo pontífice. En una de las reuniones más herméticas del planeta, donde reina el silencio absoluto y están prohibidos los pactos y las comunicaciones externas, los cardenales también deben seguir ciertas restricciones alimentarias. De hecho, existen diversos platos que están completamente prohibidos.

Según el programa de estos días, los cardenales electores tan solo podrán abandonar la Capilla Sixtina para descansar en sus habitaciones –en la residencia Santa Marta–, para orar y para comer. Sin embargo, los 133 electores deberán seguir un menú estricto en el que se evitarán todos aquellos alimentos que puedan esconder cualquier tipo de mensaje del exterior. Por esta razón, se prohíben alimentos como empanadas, aves enteras, pasteles o bollos rellenos, en los que se pueden esconder misivas o notas.

Tampoco podrán comer pasta carbonara, alcachofas o helados, ya que son comidas muy pesadas. Solo se permiten comidas abiertas y visibles, como frutas, verduras, embutidos o carnes frías con el objetivo de que no exista ningún tipo de manipulación. Por esta misma razón, el agua y el vino debe servirse en recipientes transparentes.

Todas las comidas son supervisadas por la Guardia Suiza y probadas por catadores antes de llegar a los cardenales para que no haya ningún error.

¿Cuál es el menú completo?

El menú completo del cónclave ha sido creado por el nutricionista Giorgio Calabrese, médico italiano especializado en Ciencias de la Alimentación.

Para desayunar, tomarán algo ligero: leche parcialmente desnatada, tostadas con mermelada o miel, y té o café. Se evita el clásico desayuno salado con bacon o huevos para no sobrecargar el sistema metabólico.

El almuerzo será rápido y bajo en grasas. Incluirá platos como pasta ligera con tomate y albahaca o risotto de verduras, seguido de carne blanca o pescado a la plancha acompañado de verduras cocidas. El pan será tostado y el aceite, siempre de oliva virgen extra. De postre, una fruta para mantener el equilibrio.

Por la tarde, los cardenales podrán tomar una merienda sencilla que incluirá fruta fresca como fresas, arándanos o frambuesas, y un yogur parcialmente desnatado. También podrán beber un té suave para evitar la agitación.

La cena, tras una jornada larga, será fácil de digerir para facilitar el descanso. El menú incluye jamón cocido, salmón ahumado, pescados como sardinas o atún al natural, bresaola –un embutido italiano– y quesos frescos como la mozzarella.

En cuanto a bebidas, está permitido un vaso de vino, preferiblemente ligero como el Moscato d’Asti. El alcohol de alta graduación está terminantemente prohibido para no sobrecargar el hígado y mantener la mente despejada.

Todo el menú es muy sencillo. En esta nueva era, marcada por la cultura de la sobriedad de Francisco, las comidas son simples y libres de cualquier lujo o extravagancia.

Además, se han previsto alternativas para quienes sufran alergias o intolerancias, como opciones sin gluten o sin lactosa. Toda la comida será elaborada dentro de la propia residencia Santa Marta por cocineros y personal bajo juramento de secreto, garantizando la confidencialidad total.

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