La Organización Panamericana de la Salud (OPS), que sirve como la oficina regional para las Américas de la OMS, ha participado del negocio de las brigadas médicas impulsado por los Castro y que hoy es la principal fuente de ingresos de la dictadura. Una trama de explotación de trabajadores cubanos fuera de la isla de la que se beneficia el régimen comunista pero también sus cómplices.
Como explicaremos a lo largo de este reportaje, la OPS ha sido una pieza clave del programa Mais Médicos, a través del cual Cuba enviaba sanitarios a Brasil en condiciones de pura esclavitud, lo que le habría reportado pingües beneficios. La organización, bajo la dirección de Carissa F. Etienne, se quedaba con el 5% del salario de los sanitarios, que recibían en torno al 9%. Todo lo demás (el 85%) iba directo al régimen comunista.
El entramado se destapó poco antes de que Jair Bolsonaro llegara al poder y Cuba tuviera que cancelar las misiones médicas en territorio brasileño. Cierta documentación que comprometía a las partes vio la luz y la demanda interpuesta por varios de los afectados contra la propia OPS -a la que acusan de esclavitud y trata de personas- puso en peligro todo el negocio.
Raúl Castro no estaba dispuesto a que se le cayera el chiringuito y habría emprendido un plan para controlar la OPS, y así poder continuar con sus misiones médicas e intentar obstruir el proceso judicial abierto contra la organización. El próximo mes de septiembre, Etienne tendrá que dejar la dirección de la institución y la persona que le sustituya debe ser afín al régimen cubano.
Según denuncia Prisoners Defenders, ese es el motivo de que la candidata de México sea Nadine Gasman. Castro habría contado con Andrés Manuel López Obrador para lograr su objetivo. Ella es la mujer de un cubano "colocado en la OPS" por el régimen comunista, que es "uno de los principales acusados" de la trama de Mais Médicos en Brasil, explica su presidente, Javier Larrondo, para LD.
El papel de la OPS
"La OPS se ha convertido en una especie de dictadura de Heidi Jiménez (asesora jurídica) y Carisa Etienne (directora)", explica el activista español. Fuentes internas han informado a PD de que "los empleados tienen miedo" porque "estarían siendo amenazados" y ambas dirigentes "habrían implantado un régimen de terror".
La cuestión es que hasta ahora la OPS gozaba de inmunidad. Pero la situación ha cambiado. El Tribunal de Apelación se la retiró el pasado 29 de marzo y la demanda interpuesta por cuatro médicos -contra la organización y el esposo de Nadine Gasman- en relación a la trama de Mais Médicos en Brasil ha sido admitida a trámite.
Hablamos de unas "misiones médicas" por las que habrían pasado 20.000 sanitarios cubanos en 4 años y que habrían sido avaladas por la OPS. "Heidi Jiménez, Carissa Etienne, y Joaquín Felipe Molina Leza fueron los artífices de ejecutar el programa Mais médicos, que fue una iniciativa al más alto nivel de Dilma Rousseff y Raúl Castro", señala Larrondo.
La dirigente brasileña lo vendió como un plan para "dar salud a las zonas rurales" pero lo cierto es que se creó "a medida para darle ingresos a Cuba". Así lo demuestran "los cables de las embajadas", a los que cualquier ciudadano tiene acceso por la Ley de Transparencia, explica el activista.
Tanto es así que "un medio los pidió y salieron las actas de las reuniones del lanzamiento de aquella de aquella iniciativa" que certifican este extremo. Posteriormente, incluso vieron la luz "grabaciones del Ministerio de Salud Pública de Brasil donde se reconocía que todo era una especie de montaje", añade.
Se acabó el pastel de Brasil
El entramado se ha destapado gracias a la labor de Prisoners Defenders, que viene denunciando -desde 2018- que las llamadas "misiones médicas" se desarrollan en condiciones de "esclavitud" para los trabajadores y suponen una importante fuente de ingresos para la dictadura.
Algo que se ha visto refrendado por los más de 1.111 testimonios recabados por la ONG, así como por las denuncias como la presentada ante tribunales de Estados Unidos por cuatro médicos cubanos que demandaron la OPS por los daños económicos y morales sufridos durante su participación en el programa Mais Médicos de Brasil.
Cuando salió a la luz que -entre otras cosas- estos doctores no cobraban más que el 9% de lo que se pagaba por ellos y no se les permitían volver a Cuba ni recibir visitas de sus familias, Bolsonaro estaba en plena campaña presidencial en Brasil. También se conoció que los sanitarios no podían acreditar su titulación, ya que el régimen no les dejaba sacarla del país por miedo a que se fugasen. Entonces, el candidato brasileño avisó de que endurecería las exigencias del programa para atender los reclamos de los médicos cubanos.
Dada la situación, el 24 de noviembre de 2018, Cuba canceló el programa y retiró a los doctores que se encontraban en territorio brasileño. Así perdió la OPS su parte del pastel en esta trama. Según la información del Tribunal de Cuentas, "se estaba llevando el 5% del salario de cada médico que Cuba enviaba a Brasil". Estamos hablando de fueron 20.000 médicos en algo más de 4 años (2013-2018). Se calcula que "podría haber facturado unos 2.500 millones de dólares" en ese periodo, señala Larrondo.
El plan de Castro
Raúl Castro se dio cuenta de que se jugaba la continuidad de las misiones médicas a nivel mundial. Es decir, que estaba en peligro la principal fuente de ingresos de Cuba. Así que en verano de 2021 pone en marcha un plan para aumentar su poder en la OPS. Según la información que le llega a Prisoners Defenders, "inicia conversaciones para buscar un candidato a dirigir la organización", de cara a las elecciones que se celebrarán en 2022 y cuyo proceso empezó el pasado mes de septiembre.
Debía ser alguien con mucha categoría profesional y que al mismo tiempo pudiera defender los intereses del régimen comunista en la región, fundamentalmente las misiones médicas. Y así se lo transmitió a Andrés Manuel López Obrador. El presidente mexicano le tendió la mano y -para empezar- "metió 585 médicos cubanos en su país", explica el presidente de PD. Misiones de tres meses de duración por las que México pagó un dineral: 10.750 dólares por sanitario, de los que el profesional cobró 600 (200 al mes). El resto se lo quedaba el régimen comunista cubano.
Fue un auténtico despropósito. Como es habitual en estas misiones, los médicos fueron a México sin títulos académicos y sin pasaporte, para que no se pudieran escapar. Esto salió a la luz y la polémica aún continúa en México, asegura Larrondo. Pero el plan de Castro iba más allá. "La demanda (de los cuatro sanitarios) ya estaba en curso y había miedo", indica el activista. Así que era necesario actuar rápido.
La candidata ideal
Finalmente encontraron a la "candidata ideal": Nadine Gasman. Al principio, se vio con buenos ojos. Podríamos decir que daba el pego. Tiene un máster en Harvard y ha desempeñado distintos cargos en el Gobierno mexicano, él último como presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres. Pero no había más que rascar un poco para toparnos con el motivo real por el que ella fue elegida por México como candidata a encabezar la OPS.
Se trata de la mujer de Joaquín Felipe Molina Leza, "un cubano que presuntamente trabaja para la seguridad del Estado" y "uno de los principales acusados de esclavitud y trata de personas" en relación a la trama de Mais Médicos. Podríamos definirlo como un dentista venido a más. En la actualidad, es representante permanente de la OPS en Brasil y anteriormente lo había sido en Panamá. Todo apunta a que es "una persona introducida por el Gobierno cubano dentro de la institución para llevar a cabo sus intereses".
En consecuencia, PD considera que Nadine Gasman no debería ser candidata a dirigir la OPS. "Con independencia de su currículum", señala Larrondo, "tiene un conflicto de intereses de primera magnitud porque su marido está encausado en la misma causa que acusa a la institución que quiere presidir". "Eso no puede ser", asevera.
"Si Nadine Gasman llega a la dirección de la OPS supondría una obstrucción completa al proceso, que podría alargarse durante años", advierte el activista. Además de que, una vez entrase en la organización, "tendría acceso a toda la documentación", que -suponemos- sería incluso susceptible de ser manipulada o extraviada convenientemente.
"Esto había que denunciarlo", exclama Larrondo, "si llega a la OPS estaría totalmente copada por intereses del Gobierno cubano". Él tiene la esperanza de que haya "una renovación realmente transparente y transformadora" de la organización, que su nuevo director sea "una persona sana e independiente". Y Gasman no lo es.