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Tensión en Bolivia: detienen al jefe militar que intentó un golpe de Estado contra el socialista Arce

El comandante Juan José Zuñiga fue detenido después de intentar un golpe de Estado contra el presidente Luis Arce en La Paz.

Las informaciones acerca de movimientos de unidades militares en La Paz, capital de Bolivia, comenzaron desde primeras horas de la tarde de este miércoles. Fue el propio presidente Luis Arce el que advirtió a través de la red social X de que se estaban registrando movilizaciones irregulares de militares.

Poco después, efectivos encapuchados de las Fuerzas Armadas comenzaron a llegar a la Plaza Murillo registrándose altercados que dejaron algunos heridos, según algunas informaciones de medios locales. De hecho, un tanque llegó a la sede del Ejecutivo y derrumbó la puerta de entrada mientras que el comandante general del Ejército boliviano Juan José Zúñiga amenazó con tomar el gobierno.

Sin embargo, pasadas algunas horas, se informó de la detención de Zúñiga después de que Arce tomara posesión del nuevo mando de las Fuerzas Armadas y nombrase al nuevo comandante del Ejército, José Sánchez. El presidente señaló que "haremos respetar la democracia ganada con el voto del pueblo boliviano en las urnas. Saludamos al pueblo boliviano que anoticiado de estos acontecimientos está rodeando la plaza Murillo, y a los organismos internacionales que han reprochado estos actos, y a los países amigos que se han pronunciado en favor de la democracia".

Según informaciones de medios locales, Zúñiga afirmó en el momento de su captura que el presidente Arce le ordenó sacar los "blindados" para "levantar" su popularidad.

Desde la oposición boliviana también se condenó el intento de golpe. El exmandatario de Bolivia Carlos Mesa señaló que "como expresidente y líder de Comunidad Ciudadana repudio esta acción militar que pretende vulnerar la democracia e interrumpir el periodo constitucional vigente". Por su parte, el expresidente Jorge Quiroga repudió "vehementemente estos aprestos antidemocráticos" y aseguró que "los insurrectos deben ser procesados".

Horas antes, la ministra de Exteriores, Celinda Sosa, había denunciado que esos movimientos irregulares atentaban contra la democracia, la paz y la seguridad del país, para después hacer un llamado de la comunidad internacional y a la población boliviana a respetar los valores democráticos y respaldar al gobierno de Arce.

Desde fuera del país también se pronunció la Organización de Estados Americanos (OEA) que a través de su secretario general Luis Almagro condenó "de la forma más enérgica estas acciones del Ejército boliviano que deberá someterse a la autoridad civil como manda la carta democrática interamericana".

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