
Apenas tres días después del fraude electoral del pasado 28 de julio, el dictador Nicolás Maduro quiso reaccionar a las diversas acusaciones de fraude tanto de los sectores de la oposición venezolana como de la comunidad internacional que no querían reconocer su supuesta victoria sin las actas electorales. Su maniobra fue presentar un recurso contencioso electoral Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) -que responde a los deseos del régimen- para "auditar" el resultado hecho público por el Consejo Nacional Electoral (CNE).
Tras esta solicitud de Maduro, el presidente del CNE, Elvis Amoroso, entregó una semana después las actas de los comicios presidenciales al TSJ, y una vez finalizada la fase de peritaje de las actas, llega el paso de la verificación de que los datos coinciden con el sistema informático del ente electoral.
Para poner en escena este proceso, cuyo resultado parece obvio ante el control del régimen sobre entes electorales y judiciales en Venezuela, los magistrados de la Sala Electoral del TSJ, Beatriz Rodríguez, Fanny Márquez e Inocencio Figueroa, llegaron este domingo a la sede del CNE.
En principio, en la sede informática el organismo electoral están los servidores que recogieron los datos de todas las máquinas electrónicas de votación y que a su vez generaron por un lado los resultados contabilizados electrónicamente y por otro las actas entregadas a los interventores de los partidos políticos. Gran parte de estas actas ya fueron mostradas por la oposición a través de diversos mensajes de María Corina Machado y en ellas se demostró la victoria arrolladora de Edmundo González Urrutia.


