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El negocio millonario de los trabajos forzosos en cárceles de Cuba: producen puros y carbón que exportan a Europa

La dictadura obliga a 60.000 presos a trabajar en condiciones deplorables con fines económicos. Sólo con los puros que producen gana unos 33 millones.

La dictadura obliga a 60.000 presos a trabajar en condiciones deplorables con fines económicos. Sólo con los puros que producen gana unos 33 millones.
Más de 60.000 presos son sometidos a trabajos forzosos en Cuba. | Prisoners Defenders

Prisoners Defenders ha elaborado un informe —que ya ha sido remitido a organismos como Naciones Unidas y la CIDH— en el que documenta la existencia de un sistema institucionalizado de trabajos forzosos en las cárceles de Cuba impuesto por el régimen comunista, a más de 60.000 presos a los que somete a condiciones infrahumanas, con fines económicos además de punitivos.

El objetivo fundamental de estas prácticas sería obtener mano de obra barata. Los presos llevan cabo ciertos servicios internos —como la limpieza de calles o la recogida de basuras— y también elaboran un buen número de productos —como el carbón vegetal, la caña de azúcar o los puros habanos— para después ser exportados a países europeos (España, Portugal, Italia, Grecia y Turquía, entre otros).

Unos de los negocios más rentables es el del tabaco. En las cárceles se producen cientos de toneladas de puros al mínimo coste. Un negocio que reportaría a la dictadura más de 33 millones de dólares al año, sólo de los habanos elaborados en 7 prisiones cubanas. Los presos también trabajan en la construcción de las mansiones privadas de Generales y altos mandos del ejército. Y todo bajo condiciones deplorables y sin apenas recibir beneficios económicos.

El 81,13% de los testimonios certifican que no han recibido remuneración económica alguna o —si la han obtenido— es una cuantía absolutamente simbólica (menor a 4 dólares al mes) en relación con trabajo que realizan o los resultados de producción. Las cárceles del régimen comunista cubano, asevera el informe, "no son centros de rehabilitación, sino espacios de castigo, control y explotación".

Jornadas de 14 horas, sin descanso

Según los testimonios que se recogen en el estudio elaborado por Prisoners Defenders, los presos son obligados a trabajar hasta 14 horas diarias sin descanso —entre 20 y 30 minutos por jornada en el mejor de los casos—, incluso aunque estén enfermos. "Nos mandaban al campo a las 5 de la mañana, sin guantes ni botas. Lloviera o no. Al regresar no había ni comida ni médico", asegura uno de los reos.

"Me obligaron a cargar sacos de carbón con lesiones en el hombro. Cuando protesté, me quitaron las visitas familiares durante un mes", explica otro preso. "Nunca firmé un contrato. Me dijeron que, si no trabajaba, no vería la luz del sol por semanas. Era eso o el calabozo", añade uno de los testimonios.

"Me obligaron a cortar caña. Casi me desmayo tres veces, pero si pedía descansar, me amenazaban con quitarme la mínima y encerrarme en una prisión de máximo rigor", relata un preso con diabetes y asma. El 94,34% de los 53 presos declarantes —señala el informe— fueron obligados a trabajar con enfermedades incompatibles con las tareas que les habían sido encomendadas.

El informe recuerda que "la imposición de tareas sin el consentimiento libre y voluntario del recluso constituye una violación directa del artículo 2.1 del Convenio 29 de la OIT" y afirma que el 100% de las personas a las que han entrevistado manifiestan taxativamente que han realizado trabajos forzosos, puesto que les fueron impuestos en contra de su voluntad. Además, la totalidad de los declarantes aseguran que sufrieron amenazas personales para
coaccionarlos.

Carbón vegetal

Según se recoge en el estudio de Prisoners Defenders, que habría contrastado sus datos con fuentes fiables como el Observatorio de Complejidad Económica (OEC) o el Banco Mundial (a través de WITS), Cuba exportó 61,8 millones de dólares de carbón vegetal producido bajo mano de obra esclava en 2023, convirtiéndose en el noveno mayor exportador del mundo —de un total de 159 países—.

A los presos se les pagan entre 32 y 64 céntimos de dólar por tonelada de carbón vegetal de marabú, por lo que la dictadura obtiene pingües beneficios a costa del trabajo de los reos bajo condiciones de esclavitud. El precio de venta es aproximadamente de 500 dólares por tonelada, en base a las cifras oficiales de importación de 2024 obtenidas de EUROSTAT.

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Fuente: Prisoners Defenders.

Esta actividad estaría vetada para los presos políticos, con el objetivo de evitar que salgan a la luz pública las abominables condiciones en las que trabajan en la producción de carbón vegetal, como ocurrió en 2016. La Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) difundió un video en el que reflejaba cómo trabajan los internos que se encargan del carbón.

En las imágenes se podía ver a los reos trabajar sin las herramientas adecuadas para cortar madera, durmiendo en la selva sin colchones, bebiendo agua en los abrevaderos del ganado, etc. Y todo para ganar un puñado de céntimos de dólar por cada tonelada producida. Desde entonces, los presos políticos son destinados mayoritariamente a la recogida de basuras y tareas de limpieza.

Puros habanos

La producción de tabaco y puros habanos en Cuba está controlada por Tabacuba, que obtiene su producción a través de una fórmula mixta de civiles especializados y presos esclavos. No es ningún secreto. En la cárcel Aguacate de Quivicán existe una fábrica dentro de los muros de la prisión. En ella trabajan 40 reos y dos civiles, que instruyen a los internos y se ocupan de la contabilidad.

Las condiciones laborales de los dos trabajadores civiles, sobre los que no pesaría ninguna sanción penal, supera con creces la de un trabajador medio de la isla caribeña. Jornadas de siete de la mañana a cuatro y media de la tarde, con media hora de descanso, de lunes a viernes. Reciben un tentempié y la comida en el penal, además de un salario de en torno a 40 mil pesos cubanos (unos 97 dólares al mes). También tienen derecho a dos cigarros al día y una bolsa de comida mensual.

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Fuente: Prisoners Defenders.

Para los 40 presos que trabajan en la fábrica, la situación es bien distinta. Los sacan de su celda para ir a la fábrica a las 6:30 de la mañana y los devuelven a las 9 o 10 de la noche. Así todos los días de la semana menos el domingo, que trabajan sólo hasta la hora del almuerzo. No tienen descanso ni tentempié durante el día y no reciben más que 3.000 pesos (algo más de 7 dólares) al mes. Cantidad que supuestamente giran a sus familias pero que no siempre llega.

Si tomamos como referencia que cada preso produce 75 puros al día —una medida conservadora, ya que se calcula que la producción real se acerca a las 90 unidades diarias— y recibe 0,00325 dólares por cada uno de ellos, mientras que Cuba los vende a 3 dólares, el margen de beneficio es del 99,67%. Se calcula que los presos producen 11,6 millones de habanos al año, por los que la dictadura recibiría más de 33 millones de dólares.

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