Decenas de miles de personas han llenado el estadio el Estadio 1 de Mayo de Pionyang en un espectáculo con el que el atroz régimen comunista ha despedido 2024 y dado la bienvenida a 2025, con la presencia del dictador Kim Jong Un y con un público enfervorizado que ha aplaudido al sátrapa de forma interminable.
El estadio es el mayor del mundo, con una capacidad para 114.000 espectadores, y se encontraba abarrotado para presenciar un show que, por las imágenes distribuidas por la dictadura norcoreana, que en cualquier caso se han centrado mucho más en mostrar al propio Kim Jong Un y otros prebostes del régimen, sólo se puede calificar de grotesco.
Kim Jong Un ejerce un poder absoluto en Corea del Norte desde 2011, cuando heredó la jefatura del Estado de su padre Kim Jong Il, que a su vez la había heredado de Kim Il-sung, fundador del país y del régimen totalitario que mantiene a su pueblo en la miseria desde 1948, mientras que su vecino, Corea del Sur, es el noveno país de Asia por PIB per cápita y el tercero si excluimos a los productores de petróleo. De hecho, actualmente los surcoreanos tiene un PIB per cápita de más de 50.500 dólares, mientras que España está en menos de 32.700.
El régimen de Corea del Norte ha desarrollado una variante del comunismo adaptada a Corea por Kim Il-sung y que predica la autosuficiencia económica y el aislamiento, además por supuesto de una represión brutal que alcanza incluso a las capas más altas del régimen, como ya ha demostrado Kim Jong Un en no pocas ocasiones. La celebración masiva en Pionyang tiene lugar mientras los reportes de la guerra de Ucrania hablan ya de cientos de soldados norcoreanos fallecidos en el frente, como parte de un contingente de miles que ha sido enviado como carne de cañón a apoyar la aventura expansionista de Putin.