
La alianza de yihadistas y rebeldes sirios que lleva once días avanzando de manera inexorable desde el noroeste del país han anunciado que han entrado en la capital de Siria, Damasco, mientras el presidente del país, Bashar al Asad, ha abandonado la capital sin que se conozca su destino. Lo que ayer parecía una posibilidad, hoy se ha convertido en una realidad.
El director del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos —con sede en Londres e informantes en el país— Rami Abdulrahman, ha asegurado este domingo que es un "día de la libertad para el pueblo sirio después del fin de 54 años de gobierno de la familia Asad en Siria".
Concretamente, ha informado a la agencia de noticias Dpa, citando a oficiales sirios, que el mandatario ha abandonado la capital, Damasco, sin que se conozca su destino. Previamente, el Observatorio informó de que las fuerzas militares de Siria habían abandonado el aeropuerto de la capital.
"Nuestras fuerzas comenzaron a entrar a Damasco", ha publicado en Telegram el movimiento rebelde sirio Hayat Tahrir al Sham (HTS),que lidera la alianza, y que previamente había informado de la "liberación" de otras ciudades clave como Homs.
Los insurgentes anunciaron que "el tirano Bashar al Asad ha huido" y declararon que la capital, Damasco, había sido "liberada". "Este es el momento que los desplazados y los prisioneros esperaban desde hace tiempo, el momento del regreso a casa y el momento de la libertad tras décadas de opresión y sufrimiento", declararon los insurgentes.
Los rebeldes también notificaron que habían entrado en la famosa prisión militar de Saydnaya, al norte de la capital, y que habían "liberado a nuestros prisioneros" allí.
Por su parte, el primer ministro del país, Mohamed Ghazu al Jalali, ha dicho en una declaración en vídeo que permanece en Damasco dispuesto a cooperar con cualquier gobierno. "Estoy listo para cualquier acción encaminada a transferir el poder", ha aseverado, al añadir que "deben preservarse todas las propiedades del pueblo y las instituciones del Estado sirio".
Por otra parte, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Sean Savett, ha aseverado que "el presidente Biden y su equipo están siguiendo de cerca los extraordinarios acontecimientos en Siria y se mantienen en contacto constante con sus socios regionales".
Gran cantidad de personas residentes de Damasco han salido a las calles en un acto de celebración.
En Damasco hay festejos. Mañana amanecerán con una realidad tremenda, pero los sirios se permiten ahora celebrar el fin de medio siglo de dictadura
— Nacho Montes de Oca (@nachomdeo) December 8, 2024
Es noticia, no valoración pic.twitter.com/zzbluqJm7g
En redes sociales circulan numerosos vídeos donde los ciudadanos celebran la caída del régimen después de que se conoció la noticia de que Bashar al Asad había abandonado la capital.
¿Quiénes son Hayat Tahrir al-Sham?
Hayat Tahrir al-Sham es una organización a la que tanto Naciones Unidas, como los Estados Unidos y hasta Turquía señalan como terroristas. De hecho nacieron, aunque con otro nombre, en 2011 como un grupo afiliado a Al Qaeda, si bien en 2016 su líder, Abú Mohamed al Jolani, rompió públicamente con esta internacional terrorista e incluso le cambió el nombre a su grupo.
Desde entonces ha afirmado que su intención no era atacar a los países occidentales al estilo de la propia Al Qaeda o del ISIS, sino acabar con el régimen de Al Asad en Siria. Desde 2017 forzó a otros movimientos islamistas del norte de Siria a unirse a Hayat Tahrir al-Sham y ha venido ejerciendo el gobierno de facto en las zonas del país que controlaba, especialmente en la provincia de Idlib, donde no ha dudado en machacar a los que se le oponían en lo que la ONU ha definido como crímenes de guerra.
Al Jolani, que hasta no hace mucho prácticamente no tenía ninguna presencia mediática, ha concedido algunas entrevistas y ha tratado de presentarse como más moderado. Algunos analistas lo definen como un "radical pragmático" y en estas últimas semanas ha dado muestra de ese pragmantismo al asegurar a los habitantes de Alepo –una ciudad en la que hay una minoría de cristianos que se cifra entre 20.000 y 25.000 personas, una fracción de los que había antes de la guerra civil– que no corrían ningún riesgo bajo el nuevo régimen. Un llamamiento que, sin embargo, la mayor parte de los analistas ve como oportunista y poco sincero.
Sunís y no chiís
Un elemento que puede ser esencial en el futuro de Oriente Medio y en las relaciones de poder en la zona es que, más allá de que su conversión a la moderación sea cierta o no, Hayat Tahrir al-Sham es un grupo suní, mientras que el régimen de Al Asad se sostenía sobre la minoría alauita, una rama del islam chií.
Eso explicaba en buena medida el respaldo del régimen de los ayatolas iraníes y con ellos de Hezbolá o las milicias de Irak. Si el poder cambia de manos en Siria, lo más probable es que la comunidad alauita, que era el principal sostén interno de los Al Asad, sea barrida. Está por ver con qué apoyos cuenta el nuevo gobierno en el complejísimo mapa religioso y étnico del país, pero la alianza con Irán no tendría ningún sentido ni para los suníes radicales de Hayat Tahrir al-Sham, ni para los grupos kurdos del norte del país ni para los otros grupos de rebeldes.
Así, probablemente Irán perdería un aliado y una base de operaciones y los terroristas chiís de Hezbolá podrían sufrir otro duro golpe al complicarse sus cadenas de suministro y financiación.
Esto no quiere decir que Israel fuese a tener en esta nueva Siria a un aliado, ni siquiera a un país menos hostil. De hecho, ante los acontecimientos en el país vecino Israel ha reforzado sus posiciones en los Altos de Golán, la zona del país junto a la frontera Siria.
En cualquier caso, puede resultar muy interesante cómo se reubican las alianzas en todo Oriente Medio: ¿tratará Al Golani si logra el poder de acercarse a Arabia Saudí? Esto de cierta manera le obligaría a tener una actitud menos hostil hacia Israel y podría ser un movimiento lógico si quiere reforzarse respecto a Irán. ¿O intentará obtener el apoyo de Turquía para entre ambos acabar con los grupos kurdos que hoy por hoy dominan parte del norte de Siria?
Por lo pronto, a pesar de que teóricamente el gobierno turco consideraba a Hayat Tahrir al-Sham un grupo terrorista, Erdogán ya habla de "una nueva realidad" en Siria y ha sido uno de los primeros en respaldar la ofensiva rebelde: "Idlib, Hama, Homs... y, desde luego, la meta es Damasco. El avance de la oposición continúa. Estamos haciendo un seguimiento. Esperamos que esta marcha en Siria continúe sin accidentes ni desgracias", dijo este viernes en declaraciones recogidas por EFE.