L. D.-
Todos los hechos enumerados por Ibarra se derivaban del trabajo previo de los interventores de la Comisión, que supervisaron Gescartera a finales de 1995 y emitieron un informe demoledor. Al final del escrito enviado por Ibarra a Gescartera, éste les advertía de las pocas posibilidades de supervivencia que él veía en una sociedad que “no ha dejado de registrar crecientes pérdidas desde su constitución en mayo de 1992”.
Para empezar, los ingresos por comisiones declarados por Gescartera rondaban los 180.303 euros (30 millones de pesetas) a septiembre de 1995. Pero el inspector-jefe de la Inspección sostuvo que, utilizando los criterios “adecuados”, se quedaban reducidos a 60.101 euros (10 millones de pesetas). Además, los gastos de explotación eran superiores, «generando un déficit hasta septiembre de 1995» de 204.344 euros (34 millones de pesetas).
Según publica El Mundo , Ibarra detectó una disminución en el número de clientes y en el patrimonio gestionado. Tampoco veía mucho futuro a la operativa de Gescartera, consistente en operaciones intradía. Por último, el técnico de la CNMV describe cómo Gescartera no estaba cumpliendo el plan de negocios con el que obtuvo la autorización administrativa para operar.
Ibarra dio 10 días hábiles a Gescartera para que presentara sus alegaciones. La sociedad de los Camacho apuró el plazo y el 16 de abril respondió: negó algunas de las imputaciones, ofreciendo una explicación alternativa, prometió subsanar otras y aseguró sobre las restantes que la compañía ya no funcionaba como mantenía la Inspección.
Este inspector fue quien propuso sancionar a Gescartera. Lo hizo en una de las reuniones periódicas que el primer presidente de la CNMV, Luis Carlos Croissier, celebraba con los consejeros ejecutivos de este organismo, conocidas como consejillos. Este no secundó la propuesta de Ibarra.
!-->
Para empezar, los ingresos por comisiones declarados por Gescartera rondaban los 180.303 euros (30 millones de pesetas) a septiembre de 1995. Pero el inspector-jefe de la Inspección sostuvo que, utilizando los criterios “adecuados”, se quedaban reducidos a 60.101 euros (10 millones de pesetas). Además, los gastos de explotación eran superiores, «generando un déficit hasta septiembre de 1995» de 204.344 euros (34 millones de pesetas).
Según publica El Mundo , Ibarra detectó una disminución en el número de clientes y en el patrimonio gestionado. Tampoco veía mucho futuro a la operativa de Gescartera, consistente en operaciones intradía. Por último, el técnico de la CNMV describe cómo Gescartera no estaba cumpliendo el plan de negocios con el que obtuvo la autorización administrativa para operar.
Ibarra dio 10 días hábiles a Gescartera para que presentara sus alegaciones. La sociedad de los Camacho apuró el plazo y el 16 de abril respondió: negó algunas de las imputaciones, ofreciendo una explicación alternativa, prometió subsanar otras y aseguró sobre las restantes que la compañía ya no funcionaba como mantenía la Inspección.
Este inspector fue quien propuso sancionar a Gescartera. Lo hizo en una de las reuniones periódicas que el primer presidente de la CNMV, Luis Carlos Croissier, celebraba con los consejeros ejecutivos de este organismo, conocidas como consejillos. Este no secundó la propuesta de Ibarra.
!-->
