L. D. / Europa Press.- En su comparecencia ante la comisión que investiga en el Congreso el “caso Gescartera”, que duró más de tres horas y terminó avanzada la madrugada, De Lorenzo reconoció que "hay errores administrativos, personales de los ejecutivos de Fundación ONCE". "Yo no vengo a decir que no tengo ninguna responsabilidad, yo he cometido algunos errores internos en la Fundación, errores de buena fe siempre a partir de los informes y propuestas del ex director general", puntualizó.
De Lorenzo reconoció también que "lo más seguro" habría sido que la Fundación ONCE hubiera invertido "en entidades de primerísima línea" y no en una por entonces desconocida Gescartera. "Ese es el error de apreciación que yo reconozco", comentó. También insistió en responsabilizar de la implicación de la ONCE en este caso al que fuera director general de la Fundación ONCE, José Manuel Pichel, a quien atribuyó una serie de actos realizados "por su cuenta", sin que le informara de ellos y los cuales, por tanto, no puede asumir.
Fue Pichel quien le propuso la primera inversión, que se produce en noviembre de 1998 a través de la relación que mantenía con el delegado de Gescartera en Valladolid, Javier Valenzuela. Ambos se conocían porque habían coincidido años antes en Castilla y León, cuando Pichel era delegado de la ONCE y Valenzuela alto cargo de la Junta que presidía José María Aznar.
De Lorenzo relató que, para convencerle de la bondad de la inversión, Pichel le mencionó que, entre los clientes de Gescartera, ya figuraban la Iglesia y la Armada, y le dejó claro que se iba a invertir en activos del tesoro a la rentabilidad de mercado. En su conjunto, consideró "razonable" la propuesta. El ex vicepresidente de la Fundación aclaró que él y Pichel tenían plenas facultades para la administración de bienes muebles e inmuebles, y que cuando la inversión era en activos del tesoro no hacía falta autorización. Por ello, el consejo general de la ONCE no conoció las colocaciones de fondos.