
Prestar tu coche a un familiar o amigo puede parecer un gesto inofensivo, pero esta decisión puede generar graves consecuencias si quien conduce tiene un accidente. Aunque el seguro de tu coche cubrirá inicialmente los daños causados a terceros, es posible que posteriormente te exija a ti, al conductor, o a ambos, el reembolso de esas indemnizaciones.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) establece que el principal problema surge cuando el riesgo que existe en el momento del accidente es mayor al declarado en el contrato del seguro. Este tipo de situaciones puede comprometer tu patrimonio personal, especialmente si la póliza incluye exclusiones que limitan la cobertura en función de quién esté conduciendo el vehículo.
El seguro cubre, pero puede reclamar los gastos
Cuando ocurre un accidente, el seguro del coche se encarga de indemnizar a las víctimas, incluyendo a los pasajeros del vehículo prestado. Sin embargo, si se demuestra que el conductor no cumplía con las condiciones establecidas en la póliza, la compañía aseguradora podría reclamar el dinero pagado en concepto de responsabilidad civil.
Este tipo de situaciones suele estar vinculado a los datos que proporcionaste al contratar la póliza. Normalmente, al firmar el contrato, indicas las características del conductor habitual y, en algunos casos, también de los conductores secundarios.
Algunas pólizas establecen exclusiones claras sobre ciertas categorías de conductores, como:
- Personas menores de 25, 26 o 27 años.
- Conductores con menos de 2, 3, 4 o 5 años de experiencia con el carné de conducir.
Si el conductor que tomó prestado el coche pertenece a alguno de estos grupos y se ve involucrado en un accidente, es posible que la aseguradora reclame la indemnización. Cada póliza tiene sus propias condiciones y exclusiones, por lo que es fundamental revisar cuidadosamente lo que cubre.
¿Cómo prestar tu coche con seguridad?
No es necesario que te niegues a prestar tu coche; sin embargo, es importante tomar precauciones para evitar problemas legales o económicos. Algunos pasos que puedes seguir son:
- Revisar las condiciones de tu póliza: Asegúrate de conocer las exclusiones específicas del contrato. Verifica si la persona a quien planeas prestar el coche está cubierta por las diferentes garantías (responsabilidad civil, defensa jurídica, asistencia en carretera).
- Consultar con tu aseguradora: Si no tienes claro si el conductor está incluido en la cobertura, consulta con tu compañía de seguros o el mediador que gestionó la póliza. Solicita una respuesta por escrito para evitar malentendidos.
- Declarar el préstamo y pagar una sobreprima si es necesario: En caso de que la aseguradora no contemple la cobertura para esa persona, puedes declarar el préstamo y abonar una sobreprima que amplíe las garantías durante el tiempo que dure el préstamo.
- Formalizar un contrato de préstamo: Es recomendable firmar un contrato sencillo que identifique a las partes implicadas (tú y el conductor), al vehículo y las fechas del préstamo. Esto ayudará a evitar malentendidos en caso de multas u otros incidentes.
- Evaluar al conductor: Asegúrate de que la persona a la que prestas el coche sea responsable al volante. Aunque el seguro cubra inicialmente los daños, si el accidente ocurre por causas como conducir bajo los efectos del alcohol o a una velocidad excesiva, la aseguradora podría repercutir los gastos en ti.
El papel de la aseguradora
Además de las exclusiones por edad o antigüedad del carné, las aseguradoras suelen establecer cláusulas que limitan la cobertura en situaciones de riesgo. Por ejemplo, pueden negar la indemnización por daños materiales al coche si el accidente ocurre debido a:
- Superar la tasa de alcoholemia permitida.
- Conducir de forma temeraria o a velocidades muy superiores al límite legal.
En estos casos, incluso si tienes un seguro a todo riesgo, la compañía podría negarse a cubrir los daños a tu vehículo y exigirte el reembolso de las indemnizaciones pagadas a terceros.
La mejor protección es un buen seguro
Para evitar este tipo de problemas, es fundamental contar con un seguro que se adapte a tus necesidades. Al contratar la póliza, revisa cuidadosamente las exclusiones y consulta cualquier duda con la compañía aseguradora.
Un seguro bien elegido no solo protege a las víctimas de un accidente, sino también tu patrimonio. Si estás buscando una póliza adecuada, existen comparadores que te permiten analizar opciones según el precio, la calidad y la satisfacción de otros usuarios.


