El pasado miércoles se aprobó en Francia la supresión en una comisión de la llamada Zona de Bajas Emisiones, con 26 votos a favor, 11 en contra y nueve abstenciones, gracias a los votos a favor de los diputados de Agrupación Nacional (RN), de Los Republicanos (LR) y de algunos miembros del partido de Emmanuel Macron que apoyaron las dos enmiendas presentadas por LR y RN, tal y como informa el medio Le Monde.
Así pues, estas enmiendas sostienen que las zonas de bajas emisiones, teóricamente destinadas a mejorar la calidad del aire, penalizan especialmente a los hogares más pobres. La extensión de este tipo de zonas de bajas emisiones comenzaron a aplicarse en 2019 y fueron ampliadas en 2021, donde se prohibía la circulación de los vehículos más contaminantes, para así mejorar la calidad del aire y limitar las emisiones de partículas finas, responsables de enfermedades respiratorias y de 40.000 muertes al año, según la sanidad pública francesa.
Ian Boucard, perteneciente a Los Republicanos, expresó que aunque las zonas de bajas emisiones tienen "un objetivo loable, penalizan a los hogares con bajos ingresos, obligados a elegir entre incurrir en importantes costes adicionales para comprar un nuevo vehículo de energía limpia o renunciar a viajar". Por otro lado, Pierre Meurin, miembro de Agrupación Nacional, dijo que dichas zonas "son inútiles para mejorar la calidad del aire y crean una fuerte herida social y separatismo territorial".
Por su parte, el Gobierno francés se defendió de la mano de su ministro de Industria y Energía, Marc Ferracci, que dijo que "varias experiencias, sobre todo en el extranjero, han demostrado que las ZBE tienen un efecto en la reducción de las emisiones", mientras pedía más evaluaciones sobre los efectos que han tenido la aplicación de estas zonas antes de legislar. Por su parte, la ministra de Transición Ecológica, Agnès Pannier-Runacher, se defendió de la siguiente forma: "En las dos aglomeraciones donde las ZBE están en vigor, Lyon y París, la concentración de dióxido de nitrógeno se ha reducido en más de un tercio". Por último, el ministro francés de Ordenación del Territorio, François Rebsamen, declaró que "el Gobierno está a favor de que las autoridades locales definan las ZBE y puedan adaptar las zonas y las normas."
Incluso la izquierda radical critica esta política
Hasta el diputado ecologista Charles Fournier reconoció que "la forma en que se implementan las ZBE no están funcionando", aunque pidió que esto no sirviera para acabar con el código medioambiental. También la diputada del partido de Jean-Luc Mélenchon, Sandrine Nosbé, criticó que "las ZBE se desarrollaron sin ningún desarrollo de alternativas eficaces al coche privado".
No obstante, para la supresión definitiva de esta ley aún se tienen que dar otra serie de pasos. Tal y como informa Le Parisien, "los diputados, en sesión pública, y luego los senadores, aún deben votar de la misma manera antes de considerar si la medida ya no tiene fundamento jurídico y, por lo tanto, debe ser eliminada del texto de la ley".
También hay que tener en cuenta que la abolición de esta ley sólo fue defendida en su totalidad por los miembros de RN, mientras que Los Republicanos abogaron por una moratoria de cinco años. Los Insumisos exigieron una flexibilización acompañada de exenciones.
Con lo cual, a pesar de que lo ocurrido el pasado miércoles en Francia supone un duro golpe para los partidarios de estas medidas, aún queda un largo camino para quienes quieren acabar con este tipo de medidas liberticidas en nuestro país vecino.