
El miembro del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE), Piero Cipollone, ha defendido este lunes el euro digital como herramienta de "autonomía estratégica" para Europa, en un discurso en el que ha llegado a afirmar que "el euro digital empodera a Europa".
Cipollone ha insistido en que, pese a que el efectivo sigue siendo "una piedra angular" del sistema, su aceptación "ya no es suficiente" para cubrir las necesidades de pago de los ciudadanos europeos, especialmente ante el auge del comercio online. "Los pagos minoristas son cada vez más digitales", ha argumentado, y ha considerado que la dependencia actual de sistemas como Visa, Mastercard o Apple Pay "socava nuestra resiliencia y compromete nuestra soberanía monetaria".
Según el BCE, "no actuar" frente a esta situación dejaría a Europa expuesta a "riesgos significativos". En este sentido, ha advertido que "la dependencia de proveedores extranjeros debilita nuestro potencial económico y nuestra capacidad competitiva", y ha planteado el euro digital como un instrumento clave para "recuperar el control sobre nuestro futuro financiero". Con este tono de urgencia, el BCE está construyendo una narrativa que presenta el control centralizado del dinero como si fuese un ejercicio de soberanía y libertad.
Pérdida del anonimato
Cipollone ha llegado a afirmar que, sin un euro digital, Europa "corre el riesgo de perder su soberanía monetaria" y que la nueva moneda electrónica "protegería a los comerciantes europeos de los cargos excesivos" de los grandes sistemas internacionales. Ha defendido también que el euro digital "garantizará la privacidad", será gratuito para el uso básico, y podrá utilizarse "incluso sin conexión". La afirmación de que protegerá la privacidad contrasta con el hecho de que acabaría con el anonimato que aún garantiza el efectivo.
El banquero ha asegurado que el BCE trabaja en un reglamento que permitirá a los proveedores de servicios de pago europeos "expandirse" por toda la zona euro. Ha explicado que están desarrollando una metodología para limitar la cantidad de euros digitales que los ciudadanos podrán tener. Traducido: Estos límites revelan lo que el BCE no dice abiertamente: que temen que los ciudadanos huyan del sistema bancario tradicional hacia una moneda digital más segura y directa, lo que demuestra que el euro digital no será tan "libre" ni "neutral" como se pretende presentar.
Además, ha revelado que el BCE está explorando nuevas funciones como "pagos condicionales", que solo se ejecuten si el servicio se ha prestado, abriendo así la puerta a un modelo de dinero programable, en el que cada transacción podría estar sujeta a validación, condiciones o incluso restricciones futuras.
Presión a los legisladores
Cipollone, desde el BCE no cesa en añadir presión institucional a los legisladores para que aprueben cuanto antes la normativa del euro digital, con la excusa de la "urgencia geopolítica" para acelerar un proyecto sin apenas debate y que tampoco cuenta con el apoyo ciudadano. En palabras del propio Cipollone, "es hora de actuar", porque la moneda digital europea es, en su visión, "un proyecto público-privado fundamental para hacer realidad la autonomía estratégica de Europa".
En definitiva, bajo el argumento del empoderamiento, el BCE avanza hacia un modelo de control del dinero. Y es que, lo que hoy llaman "opción", mañana puede convertirse en la única forma de pago aceptada.

