La Asamblea Nacional francesa ha votado a favor de derogar las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), el polémico sistema que restringe la circulación de vehículos considerados contaminantes en grandes ciudades. La votación unió a la derecha, la izquierda radical y la ultraderecha, dejando en minoría al Gobierno de Emmanuel Macron, que defendía estas zonas como herramienta clave para imponer una transición ecológica acelerada.
Las ZBE se habían aprobado en Francia en 2018, aunque su despliegue se había puesto en marcha de manera gradual ante las críticas que el dispositivo generaba porque, en la práctica, obligaban a millones de ciudadanos con coches diésel o gasolina antiguos a comprar un eléctrico o enfrentarse a sanciones si querían entrar en ciudades como París, Lyon o Toulouse.
Asociaciones de automovilistas y sectores políticos de un amplio espectro ideológico han denunciado la medida como elitista, desconectada de la realidad y profundamente injusta. "Las ZBE eran una política antisocial, diseñada desde los despachos para castigar a quienes menos tienen", afirmó un portavoz de la oposición. Según datos oficiales, más de 2,7 millones de vehículos estaban en riesgo de ser excluidos de la circulación en múltiples áreas urbanas.
La ministra de Ecología, Agnès Pannier-Runacher, intentó evitar el golpe proponiendo que París y Lyon quedaran exentas de la derogación. Pero su enmienda también fue rechazada en un claro revés para el Ejecutivo de François Bayrou. El Parlamento respondió así al malestar creciente de una ciudadanía que ya ha mostrado su hartazgo frente a restricciones cada vez más severas bajo el pretexto climático.