
Les prometo que he puesto todo mi interés para llegar a una conclusión. Mi esfuerzo ha sido vano. He tratado de ser indulgente, sabiendo la capacidad del señor Sánchez para crear fantasías, prometer lo que no piensa cumplir, diseñar un país como el descrito por aquella vieja fábula alemana, en el que por los ríos fluía la mejor leche en unos, el mejor vino en otros, las tierras ofrecían sus mejores cosechas, todo ello sin esfuerzo alguno…
Nada de eso ocurre en el mundo real. Desde el diálogo "Económico" de Sófocles – 386 a. C. para unos, y no antes del 362 a. C. para otros – hasta los tratados contemporáneos de Economía han insistido en la contradicción entre necesidad y escasez.
Los principios generales de la materia, deberían ser bien conocidos por el presidente, aunque hoy el currículo parece indicar muy poco. Además, su interés se centra más en la República Popular China, o en formar un eje universal de izquierda verdadera, que en recordar lo aprendido en su etapa universitaria.
El señor presidente había anunciado la presentación de un balance de toda su actividad, anticipando su resultado: había cumplido con creces todo lo que se había propuesto. El balance resulta extraño, omitiendo las cuentas del "Pasivo Exigible", cuando, además, las partidas del activo están valoradas, sin otro criterio objetivo, que su propia voluntad.
Frente a su triunfalismo, la realidad es bien diferente. La productividad en España se deteriora tanto que, este año, terminará con un crecimiento de apenas un 0,2%, cuando el año anterior alcanzó el 0,9%. ¿Estamos en desaceleración, como dice el Banco de España? La OCDE pronostica un crecimiento para nuestra economía de apenas un 2,4%.
Ese deterioro en productividad hace que, casi un cincuenta por ciento de parados (46%) lleva más de un año en esa situación. Esto, es incompatible con que la señora ministra de Trabajo se felicite por el crecimiento de afiliación en la Seguridad Social cuando, si comparamos junio 2025 con junio de 2024 la disminución alcanza los 54.343 afiliados.
España es el segundo país europeo que ostenta el mayor porcentaje de pobreza infantil. La propia Unión Europea nos ha censurado por haber llegado a uno de cada tres niños afectados por riesgo de pobreza o exclusión social – según EUROSTAT, el 34% –.
Así podríamos seguir enumerando las cuentas de pasivo, que el presidente ha ignorado en su balance. Todo ello conduce a conflictos, entre órganos/instituciones, por naturaleza independientes, y el propio Gobierno. Así, a la AIREF se le ha acusado, por el gobierno, de infravalorar los ingresos en su examen sobre sostenibilidad del sistema público de pensiones.
¿Dónde estamos, presidente? Aparte de la AIREF, Eurostat no nos cree en los datos de empleo/paro, y así lo expresa; la O.C.D.E. le ha desmentido, en su plan contra la corrupción; al INE nos cuesta creerle por sus revisiones constantes y del mismo signo de nuestro PIB…
Aun así, gracias, presidente, por anunciar que no habrá "Crisis de Gobierno"; ¿Quizás espera usted la quiebra nacional? El crecimiento de la deuda pública durante sus gobiernos, haría presagiarlo.
