
La inversión en proyectos inmobiliarios ya no es territorio exclusivo de grandes patrimonios. En los últimos años, han surgido nuevas fórmulas que permiten a los pequeños ahorradores acceder a este mercado tradicionalmente restringido. Una de las más destacadas es el crowdlending inmobiliario, un sistema que está atrayendo a miles de nuevos inversores, especialmente jóvenes, gracias a su modelo 100 % digital, su agilidad operativa y su bajo umbral de entrada.
Una de las plataformas líderes en este ámbito es Civislend, que ha financiado ya más de 200 millones de euros en proyectos inmobiliarios, regulada por la CNMV, consolidándose como un actor clave en el ecosistema de financiación alternativa en España.
Una de las claves del crecimiento de Civislend es la facilidad de acceso a sus proyectos: cualquier persona puede invertir desde 250 euros en promociones de obra nueva, rehabilitaciones o desarrollos residenciales con garantía hipotecaria. Esto ha permitido que perfiles tradicionalmente alejados del sector inmobiliario, como los menores de 45 años, empiecen a invertir activamente.
De hecho, más del 50 % de los usuarios registrados en Civislend tiene menos de 45 años, lo que demuestra el creciente protagonismo de las nuevas generaciones en el sector. Los nacidos entre 1981 y 1996 (Millennials) representan un 38,7 % del total de inversores, mientras que los pertenecientes a la Generación Z (nacidos entre 1997 y 2010) ya suponen un 15,3 %. Este cambio generacional no es casual: responde a una demanda clara de productos digitales, trazables y adaptados a los nuevos hábitos financieros.
El cambio de mentalidad de los jóvenes
Frente a modelos de inversión tradicionales, las nuevas generaciones priorizan la autonomía, proyectos de corto a medio plazo la posibilidad de diversificar sus ahorros. Muchos jóvenes buscan fórmulas flexibles, sin necesidad de grandes capitales ni largas esperas, lo que les permite adoptar con naturalidad propuestas como la de Civislend.
Según datos del sector, más de la mitad de los jóvenes de la Generación Z considera adquirir una vivienda como una forma de inversión y no de residencia. Este cambio en la percepción del mercado inmobiliario impulsa el interés por fórmulas digitales como Civislend, donde no se compra una propiedad, sino que se invierte en un préstamo concedido al promotor para financiar el desarrollo de la promoción. Este modelo permite participar en proyectos inmobiliarios desde etapas tempranas con aportaciones accesibles, obteniendo una rentabilidad vinculada al préstamo sin necesidad de asumir la gestión o propiedad directa del activo.
El modelo de inversión colectiva de Civislend ha demostrado no solo ser accesible, sino también rentable. En 2024 la rentabilidad media anual fue de 11,64%. Además, Civislend ha devuelto ya más de 50 proyectos a sus inversores.
Este rendimiento, junto con las garantías que acompañan a cada préstamo, proporciona un marco de confianza para perfiles tanto jóvenes como experimentados. De hecho, el 47 % restante de usuarios de Civislend tiene más de 45 años, lo que aporta estabilidad y equilibrio al conjunto de la comunidad inversora.
Un modelo sostenible para el futuro
En un entorno marcado por la digitalización y el acceso rápido a la información, las plataformas de financiación alternativa están creando puentes entre generaciones. Civislend es un claro ejemplo de cómo unir el empuje tecnológico de los más jóvenes con la capacidad financiera de los más veteranos para construir un modelo sólido, diversificado y con visión de futuro.
Como señala Íñigo Torroba, CEO de Civislend, "es fundamental que las nuevas generaciones tengan acceso temprano a herramientas de educación financiera y modelos de inversión accesibles para que puedan desarrollar todo su potencial como inversores".
