
Si en algo se fundamenta un sistema de pensiones público basado en el reparto, entre otras cosas, es en la necesidad de tener una determinada cantidad de trabajadores que sustituyan a aquellos ciudadanos que se jubilan, de manera que la población que pasa a percibir una pensión sea sostenida por aquella población que al mismo tiempo está cotizando. Dicha sustitución está relacionada de forma directa con la demografía y la natalidad de un país, y España es uno de los países occidentales que tiene la tasa de natalidad más baja.
Como decimos, en la actualidad las mujeres españolas tienen una media de 1,09 hijos, mientras que en el caso de las mujeres de nacionalidad extranjera esta cifra se eleva a los 1,28 hijos por mujer. Tanto una cifra como otra se sitúan muy lejos de la conocida tasa de reposición, que se sitúa en 2,1 hijos por mujer.
Esta tasa de reposición viene a significar el número promedio de hijos por mujer que es necesario para que una población se mantenga estable en el tiempo, sin que crezca ni disminuya, asumiendo que no hay ni emigración ni inmigración. Es decir, si la tasa de reposición fuera de 2,1 hijos por mujer no habría más fallecidos que nacimientos, como ocurre en la actualidad.
Pues bien, en su último informe sobre proyecciones demográficas para el periodo 2024-2070, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha proyectado que la tasa de natalidad de las mujeres en España seguirá la siguiente tendencia.

Como se puede ver en los gráficos, la actual tasa de natalidad de las mujeres españolas pasaría de situarse en los 1,09 hijos por mujer en la actualidad a los 1,25 hijos por mujer española en 2050, mientras que para el año 2070 se alcanzaría los 1,37 hijos en promedio por mujer española. En el caso de las mujeres extranjeras, la tasa actual de natalidad (1,28 hijos por mujer) se elevaría a los 1,48 hijos en promedio para 2050 y a los 1,51 hijos en promedio para 2070.
De esta forma, el número de hijos por mujer (tanto española como extranjera) crecería en España y la diferencia en hijos entre mujeres españolas y extranjeras se reduciría de aquí a 45 años, tal y como se puede ver en los siguientes gráficos.

Estas proyecciones "se basan en un supuesto de convergencia del número de hijos por mujer hacia el de los países de nuestro entorno geográfico más próximo, para atenuar la brecha entre deseos y realidades reproductivas". Es decir, la AIReF proyecta que la natalidad en España se acercará a la de los países más cercanos al nuestro (los países europeos) y que eso ayudará a reducir la brecha entre los hijos que las mujeres desean tener y los hijos que finalmente acaban teniendo.
Según la Encuesta de Fecundidad del INE (2018), tanto las mujeres de menos de 40 años como las mujeres de 40 años o más deseaban tener más hijos de los que tenían. En el caso de las mujeres de menos de 40 años, estas deseaban tener 1,89 hijos por mujer, mientras que las de 40 años o más deseaban tener 2,04 hijos en promedio.
Todas estas estimaciones tienen un problema fundamental y es la forma en la que se calcula esta tasa de natalidad, al margen de ser extremadamente optimistas sobre la evolución de la misma. Sin ir más lejos, las proyecciones de la AIReF en 2020 auguraban una tasa de natalidad de 1,34 hijos por mujer española en 2050, una cifra que ahora proyectan se sitúe en los 1,25 hijos por mujer española.
No es la primera vez que la AIReF se equivoca al hacer sus proyecciones, habiéndose equivocado ya en la de los años 2018 o 2020. Si en el año 2018 el "organismo independiente" proyectó que el número de hijos por mujer para 2025 estaría por encima de los 1,4 hijos o que en 2050 esa cifra superaría los 1,8 hijos por mujer, ahora vemos que ya se equivocaban para las predicciones de 2025 (en la actualidad la tasa es de 1,12 hijos por mujer) y han recortado sus previsiones para 2050 a los 1,31 hijos por mujer.
La metodología que hemos mencionado en un párrafo anterior es la misma que utilizan diversos organismos y ya se ha demostrado errada en prácticamente todas las ocasiones. En el siguiente gráfico compartido por el economista Jesús Fernández-Villaverde podemos ver como organismos de la talla del INE, de Eurostat o de la ONU se han equivocado de forma sistemática en todas sus proyecciones desde hace años.
Daniel Almazán (@DaniAlmazan_) has produced a highly informative figure comparing the actual Total Fertility Rate (TFR) in Spain with past forecasts, which I am borrowing from him. Even if you are not from Spain, please take a moment to read this.
Since the labels are in… pic.twitter.com/pC1nrTgnoZ
— Jesús Fernández-Villaverde (@JesusFerna7026) June 5, 2025
Tal y como se puede ver en el gráfico, todas las proyecciones han sido muy optimistas para con la evolución de la natalidad en España y todas ellas se han equivocado. Por ejemplo, no hay más que ver la proyección que hacía la ONU en 2019 para ver la natalidad no sólo no se ha disparado, sino que ha seguido cayendo en estos últimos años.
Siendo posible que la natalidad repunte en las próximas décadas, parece del todo improbable que esta siga una tendencia similar a la que pronostica la AIReF (que hace sólo cinco años se ha equivocado de manera grave) y parece mucho menos probable que siga una tendencia parecida a la que organismos como el INE o Eurostat estiman.
El problema fundamental no es solo que organismos tan relevantes erren en sus proyecciones de natalidad para los próximos 45 años, sino que, basándose en estas proyecciones, se calcula el gasto en pensiones sobre el PIB que España deberá asumir en las próximas décadas. Y el hecho de no acertar en las proyecciones de uno de los mayores retos a los que se enfrenta (y enfrentará) la sociedad española conducirá a que se lleven a cabo malas decisiones políticas.

