
En medio de las dificultades de la compleja y costosa transición de su industria automovilística hacia el coche eléctrico, Alemania acaba de descubrir que podría poseer enormes depósitos de un recurso imprescindible para hacerla realidad: el litio. Una empresa que está buscando este recurso en Sajonia-Anhalt, en el este del país, ha anunciado el hallazgo de hasta 43 millones de toneladas de carbonato de litio.
La compañía responsable del hallazgo, Neptune Energy, comenzó a operar en el país en los años sesenta para la explotación del gas natural pero ahora quiere transformarse aprovechando "el potencial geológico" de la región donde ha estado décadas trabajando, Altmark, y los conocimientos técnicos acumulados. El pasado mes de agosto obtuvieron una tercera licencia de exploración y ahora han confirmado las cifras que podrían estar sobre la mesa y que convertirían a Alemania en un actor clave de la extracción del litio en Europa, donde otros proyectos, entre ellos los de España, están aún pendientes de arrancar.
La empresa está trabajando en proyectos piloto para la extracción "limpia" del litio almacenado en aguas termales, con el objetivo de llegar a cubrir un 20 por ciento de la demanda alemana en 2030. La empresa pretende combinar la explotación del litio con la de la energía geotérmica, con la extracción de agua subterránea que contendría altas concentraciones de este recurso.
Sin embargo, el mero anuncio ya ha despertado las primeras reticencias ecologistas en la región en un país que necesitará 170.000 toneladas de litio en 2030 y que ahora depende de los grandes productores de litio del mundo, Australia, Chile, Argentina y China.
Neptune no es la única que ha puesto sus ojos en el litio alemán: Esso Deutschland, filial de ExxonMobil, también tiene licencias de exploración para buscar el recurso en su territorio.

