
El Partido Socialista de Moncada sigue con la polémica. Tras la pelea provocada por el concejal de Fiestas y Seguridad Ciudadana, Martín Pérez Aranda, y actual pareja de la alcaldesa, Amparo Orts, por su pelea en una verbena, ahora le toca el turno a la edil Feliciana Bondía. En este caso, el detonante ha sido una factura telefónica que supera los 4.000 euros durante el mes de agosto de 2023.
La mayor parte de esta factura se debe a conexiones inalámbricas a internet realizadas desde Andorra entre el 23 y el 25 de agosto de ese año. Dos meses después de que se formalizara el gobierno socialista en el Ayuntamiento de Moncada.
En el momento en que esa factura llegó al consistorio en septiembre de 2023, el ayuntamiento y su alcaldesa socialista comenzaron a efectuar reclamaciones a la empresa telefónica para demorar el pago hasta esta misma semana. El procedimiento para abonar la cuantía está ya en marcha. Según los datos que ha desvelado el diario Levante, el gasto de Feli Bondía corresponde al 80% del gasto total del Ayuntamiento de ese mes, en el que el consistorio desembolsó un total de 5.200 euros en facturas telefónicas de todos sus ediles.
Reacción de la oposición
Los partidos de la oposición, como el PP, han solicitado formalmente "que sea la concejal, por hacer un uso inapropiado del teléfono del consistorio, quien abone la factura" para ahorrar a los habitantes el despilfarro telefónico del consistorio de 5.200 euros. Desde Vox, se ha registrado una moción para exigir el reintegro inmediato de ese dinero a las arcas públicas. "Cada euro malgastado en caprichos indebidos es un euro que falta para seguridad, familias y mayores", aseguraba el partido de Santiago Abascal en un comunicado. Por todo ello, finalmente, la edil ha asegurado que, aunque seguirá reclamando la factura por los servicios que disfrutó durante sus vacaciones en Andorra, pagará de su bolsillo.
En pleno inicio de curso político, el Partido Socialista de Moncada se ha visto envuelto en dos polémicas: la del concejal "karateka" que se peleó en una verbena y la del despilfarro de la factura telefónica.


