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El déficit de las pensiones será el doble de lo que presupuestó Escrivá

Un demoledor informe de Fedea apunta que el deterioro de las cuentas públicas será aún mayor de lo anunciado.

Un demoledor informe de Fedea apunta que el deterioro de las cuentas públicas será aún mayor de lo anunciado.
José Luis Escrivá, gobernador del Banco de España. | EP

Un nuevo informe de FEDEA desmonta las previsiones del Ministerio de Seguridad Social y concluye que el deterioro presupuestario causado por la reforma de pensiones será más del doble de lo estimado por el Gobierno. Mientras el departamento de José Luis Escrivá calculaba un impacto "moderado" inferior a un punto del PIB, los investigadores Ángel de la Fuente, Alfonso Sánchez y Miguel Ángel García anticipan un deterioro de más de tres puntos del déficit básico del sistema hacia mediados de siglo.

El estudio de FEDEA, titulado El impacto de la reforma de pensiones de 2021-23, utiliza una versión actualizada del modelo MSSP-OLG para simular los efectos de la reforma en el tiempo. Según sus conclusiones, el gasto en pensiones superará el 18 % del PIB en torno a 2050, con una tendencia ascendente que se mantendría incluso en los años 2070 y 2080. Aunque el Gobierno confía en que las nuevas cotizaciones de autónomos, el "destope" de bases máximas y el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) compensen parte del incremento del gasto, FEDEA estima que el aumento de ingresos será muy inferior al del gasto, generando un déficit básico superior al 8 % del PIB a partir de 2050.

El contraste entre las previsiones del Ministerio y las de FEDEA es notable. Mientras Escrivá proyectaba que el impacto neto de la reforma sería ligeramente inferior a un punto del PIB, FEDEA calcula un deterioro de más de tres puntos. —Las diferencias provienen fundamentalmente de las previsiones de aumento del gasto, que se sitúan en torno a cinco puntos del PIB hacia mediados de siglo en nuestro caso frente a menos de 2,5 en el del Ministerio—, explican los autores.

La discrepancia radica, entre otras cosas, en la visión excesivamente optimista del Gobierno sobre los incentivos a la jubilación demorada y la reforma del régimen de cotización de los autónomos, que a medio plazo incrementarán el gasto en mayores pensiones futuras. Además, FEDEA critica que las proyecciones oficiales no incluyen efectos de comportamiento, como la respuesta de los trabajadores ante la revisión de los topes máximos y mínimos de las pensiones.

El estudio también advierte que la reforma beneficia a los jubilados actuales —que cobran más y apenas soportan costes adicionales—, mientras perjudica a las generaciones jóvenes, que deberán financiar el creciente desequilibrio del sistema. "El efecto sobre el bienestar es positivo para las cohortes ya jubiladas o casi, pero negativo para las cohortes más jóvenes", subraya al respecto el informe. Los autores recomiendan reconsiderar la reforma y aplicar medidas de contención del gasto, afectando tanto al cálculo inicial de las pensiones como a su revalorización, con el fin de evitar que la brecha entre ingresos y prestaciones expulse recursos de otras prioridades públicas. También proponen un posible recargo en el IRPF, pero piden que sea "transparente".

La Seguridad Social y su agujero contributivo

Coincidiendo con la publicación de FEDEA, el Instituto Juan de Mariana (IJM) ha recordado que el pasado viernes, 3 de octubre de 2025, se celebró el Día de la Deuda de la Seguridad Social. Así, las cotizaciones solo cubren los gastos del sistema desembolsados entre el 1 de enero y el 3 de octubre. Por el contrario, en los 89 días restantes del año, las pensiones se financian con deuda pública. Así, por cada 4 euros abonados en pensiones, solo 3 proceden de cotizaciones: el resto son transferencias financiadas con déficit.

En 2024, el déficit contributivo de la Seguridad Social alcanzó 51.300 millones de euros. Sin ese agujero, España habría cerrado el ejercicio con superávit público. Desde que el sistema entró en números rojos, el Estado ha transferido más de 400.000 millones de euros a la Seguridad Social, una cifra similar al PIB de Austria o Noruega. El coste de indexar las pensiones al IPC ha crecido un 75 % en solo tres años, elevando la presión sobre trabajadores e impuestos. Y, pese al discurso oficial, el Fondo de Reserva no se está "rellenando", sino que la deuda del sistema supera ya los 126.000 millones de euros.

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