
La Dirección General de Tráfico (DGT), dirigida por Pere Navarro y dependiente del Ministerio de Interior, ha intensificado su presencia en las carreteras españolas mediante una notable ampliación de su red de dispositivos de control de la velocidad.
En el caso de los radares fijos, la evolución comenzó con 358 unidades en 2015, experimentando un ligero aumento hasta 359 al año siguiente. Sin embargo, en 2017 se registró un descenso a 350, seguido de una recuperación que llevó la cifra a 373 en 2018, 388 en 2019 y 392 en 2020. El crecimiento se consolidó con 401 unidades en 2021, una leve caída a 388 en 2022, un repunte a 403 en 2023 y un máximo de 420 en 2024.
Paralelamente, los radares de tramo, diseñados para medir la velocidad media en tramos específicos, partieron de 14 en 2015, alcanzando 17 en 2016, 25 en 2017, 58 en 2018, 84 en 2019, 82 en 2020, 92 en 2021, 90 en 2022 y 2023, y finalmente 98 en 2024.
Por su parte, los radares móviles, que operan desde vehículos en movimiento, se mantuvieron en 198 entre 2015 y 2016, subieron a 294 en 2017, 317 entre 2018 y 2020, 347 en 2021, 430 en 2022, y se estabilizaron en 422 desde 2023 hasta 2024.


En términos de inversión, Tráfico ha destinado fondos significativos a incrementar los dispositivos de control. Para los radares fijos, los desembolsos comenzaron con 359.975 euros en 2017, escalaron a 764.720 euros en 2018 y alcanzaron 1,30 millones de euros en 2024. Respecto a los móviles, el desembolso inicial fue de 892.980 euros en 2015, seguido por 3,99 millones en 2017, 943.800 euros en 2018, 716.925 euros en 2019, 772.199,88 euros en 2022, 1,71 millones en 2023 y 1,17 millones en 2024. Estos recursos han permitido no solo mantener, sino también ampliar la capacidad de detección de infracciones con su consecuente incremento de los ingresos.
Las multas desde el aire también se multiplican
Del mismo modo, la DGT ha incrementado en un 75,41% los ingresos por sanciones impuestas desde helicópteros entre 2015 y 2024, pasando de 1,68 millones de euros a 2,95 millones anuales. El número total de multas también ha crecido, alcanzando las 15.588 en 2024 frente a las 9.310 de 2015, un aumento del 67%.
Sin embargo, la flota de helicópteros operativos se ha reducido en un 35%, cayendo de 17 unidades en 2015 a 11 en 2024. En paralelo, los radares fijos han aumentado un 17%, de 358 a 420, los de tramo se han multiplicado por siete (14 a 98, un 600% más), y los móviles han crecido un 113%, de 198 a 422. Estos datos, obtenidos en exclusiva por Libre Mercado a través de dos solicitudes de información, han sido firmados por María Lidón Lozano Pérez, Secretaria General de la DGT.
Crecimiento constante en sanciones y recaudación
En 2015, las multas impuestas desde el aire generaron 1,68 millones de euros con 9.310 infracciones detectadas. Este monto se elevó a 3,01 millones en 2016 con 16.011 sanciones, seguido de 2,93 millones en 2017 con 16.231 casos. En 2018, la cifra alcanzó 3,18 millones con 18.112 multas, y en 2019 llegó a 3,60 millones con 19.916. El año 2020 registró 3,46 millones por 17.838 infracciones, mientras que 2021 marcó un pico de 4,62 millones con 24.259. En 2022, se recaudaron 4,37 millones con 23.153 sanciones, y en 2023 bajó a 3,44 millones con 18.573.
Finalmente, en 2024, la cantidad fue de 2,95 millones con 15.588, sumando un total de 33,29 millones en la década. Curiosamente, los ingresos coinciden exactamente con los importes totales, indicando que ninguna sanción impuesta por estas aeronaves ha quedado sin cobro. Este incremento del 75% refleja una tendencia al alza sostenida.

Reducción de la flota
La cantidad de helicópteros operativos comenzó con 17 en 2015, descendiendo a 16 en 2016 y 15 en 2017, manteniéndose en esta cifra hasta 2020. En 2021 y 2022 se redujo a 13, y en 2023 y 2024 quedó en 11. Esta disminución se debe a varias circunstancias: en 2015 y 2016, un aparato por año se entregó a la empresa contratista del último contrato de adquisición como pago en especie, mientras que en marzo y agosto de 2023, dos fueron dados de baja por inservibilidad tras recuperar piezas útiles. Otro sigue almacenado en instalaciones de la DGT. En noviembre de 2024, uno fue donado al Museo del Aire y del Espacio. Cabe destacar que no se ha adquirido ni una sola unidad nueva en estos diez años, lo que explica la gradual merma de la flota.

Horas de vuelo y combustible
Entre 2015 y 2022, las horas de vuelo anuales oscilaron entre 4.000 y 5.000, con estimaciones aproximadas. En 2023 se registraron 2.941 horas, y en 2024 unas 2.750. El gasto en combustible muestra irregularidades: no hay registros recuperables para 2015, y los de 2016 (19.846,15 €) son bajos por la misma razón.

Desde 2017, los desembolsos subieron a 316.720,32 €, alcanzando 445.471,70 € en 2018, 198.452,22 € en 2019, 198.408,87 € en 2020, 392.367,60 € en 2021, 610.329,68 € en 2022, 395.558,54 € en 2023 y 401.620,75 € en 2024. Respecto al consumo de carburante, solo se disponen datos para 2023 (499.990 litros) y 2024 (515.485 litros), dejando un vacío informativo para años anteriores.

