
Me llega un vídeo por Twitter, de María Jesús Montero, en el Congreso, esta misma semana:
Es falso que este Gobierno le haya subido los impuestos a los ciudadanos. Es falso. Si no, díganme, cuándo hemos votado aquí, en este Congreso de los Diputados, esa subida fiscal que siempre se tiene que hacer por ley.
Más allá del enfrentamiento teatral entre Montero y sus interlocutores (los diputados Juan Bravo, del PP, y José María Figaredo, de VOX), que repele a cualquiera con una mínima sensibilidad estética, el vídeo representa lo peor de la política. Están en ese minuto todas las razones por las que uno tiene que mantenerse siempre que pueda alejado de ese ámbito. No es sólo que la ministra mienta; es que sabe perfectamente que está mintiendo, que su argumento es falso como una moneda de madera. Pero lo repite una y otra vez. Y no sólo la ministra: en su gabinete hay expertos en hacienda, en comunicación, en impuestos. Todos ellos saben que lo que dice es mentira. Pero le han construido un argumentario para que defienda la falsedad. Estar todo el día haciendo estas cosas te ennegrece el alma.
Dice una verdad, Montero, cuando afirma que las subidas fiscales normalmente tienen que pasar por el Congreso (por eso es bueno que no haya Presupuestos; sin ellos, es más difícil aprobar este tipo de medidas). En lo que miente es en que sea la única forma de hacerlo.
La ministra sabe (y sus asesores, los que le preparan estos discursos) que en economía no importan sólo las variables nominales, sino las reales. De hecho, lo sabe tan bien que cada año aprueban una norma para revalorizar las pensiones con el IPC. ¿Se imaginan a un Gobierno del PP que congele las pensiones en un año en el que los precios han subido un 10%? ¿Qué le diría Montero? Pues que "están empobreciendo a los jubilados". Y sería verdad. ¿Qué pensaríamos de un ministro que contestase? "No hemos reducido las pensiones. Dígame usted qué día se ha votado en el Congreso esa reducción". Pensaríamos que miente. Porque no se ha votado una reducción de las pensiones, pero al no actualizarlas al IPC, están minorando los ingresos reales de los jubilados.
La tarifa del IRPF
Pues bien, eso es lo que está haciendo este Gobierno desde hace cinco años. Desde que en 2020 comenzó el proceso inflacionario en el que todavía nos encontramos y Montero decidió mirar para otro lado. No ajustar la tarifa del IRPF es subir los impuestos. ¿Quiere fechas la vicepresidenta? Pues que busque en el diario de sesiones cada uno de los días (normalmente en noviembre-diciembre) en los que se aprobaron los Presupuestos y no se actualizó la tarifa del IRPF. O, en estos años sin PGE, que busque las votaciones para ajustar las pensiones al incremento de los precios. En cada uno de esos momentos, estaba subiendo los impuestos a los españoles, aunque se le haya olvidado.
Y sí, eso es subir los impuestos. De hecho, es subir los impuestos más que en otras circunstancias. Si los precios suben un 10% y uno no ajusta los tramos del IRPF; eso es peor que una situación no inflacionaria en la que se suben un punto los tipos.
Además, es una subida injusta desde cualquier punto de vista. Esto ni siquiera debería ser una discusión ideológica. Es verdad, este columnista es tirando a liberal y no le gustan los incrementos en la presión fiscal. Pero es que lo que está haciendo el Gobierno de Pedro Sánchez, con Montero como ariete, ataca también los principios de la socialdemocracia. El manual del keynesianismo clásico nos dice que no debemos gravar más a quien no es más rico o no tiene un incremento en sus ingresos. Pues eso es exactamente lo que hacen estas subidas de impuestos:
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Imaginen a un español que ganase 23.000 euros en 2018
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En los últimos años, le han subido el sueldo a 25.500 euros, algo más del 10%
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Pero la subida del IPC acumulada desde 2018 es superior al 20% (cerca del 22%).
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En realidad, para este trabajador, la subida de los precios es más sustancial. Los bienes a los que dedica más proporción de su renta (vivienda y alimentos) han subido muy por encima del 30-35%. Por ejemplo, la rúbrica de "Alimentos y bebidas no alcohólicas" tiene un acumulado del 39% en la serie del IPC.
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Es decir, lo miremos como lo miremos, este tipo no tiene más ingresos reales que en 2018 ni de broma. En realidad, gana menos que aquel año. Y, sin embargo, paga muchos más impuestos (unos 600 euros, aunque puede variar ligeramente en función de sus circunstancias familiares o la región en la que viva). Es una subida brutal para una renta de este nivel; y a esto hay que sumarle la subida en las cotizaciones que también está sufragando.
Para la mayoría de los contribuyentes la subida en los impuestos al trabajo está por encima del 12% (y eso si han logrado mantener sus ingresos reales al ritmo de la inflación, lo que no siempre ha ocurrido). Si a eso le sumamos el incremento en otros gastos que no siempre el IPC recoge bien (como la vivienda), muchas familias sienten que su renta disponible real está muy por debajo de la de 2018.
El IRPF es un impuesto muy complejo. Eso es pésimo en términos de incentivos, claridad para actuar del contribuyente, costes de cumplir con la norma, incertidumbre asociada a ese cumplimiento… Pero también perjudica mucho el control político.
No en este caso. La subida de impuestos por la que ha optado este Gobierno es evidente para cualquiera. También para ellos. Lo saben y nos mienten a la cara. Con un argumento tan absurdo como falaz. Podrían defender la medida, por ejemplo, diciendo que España necesitaba esa subida de impuestos para incrementar su recaudación. Yo estaría en contra, eso es cierto. Pero al menos la aceptación de la realidad serviría para iniciar la discusión. Ni siquiera a eso se atreven.
Nota: para los que quieran ver dónde se sitúan en los diferentes tramos del IRPF, esta semana ha habido varios comentarios en redes sociales poniendo cifras a los números.
Y dices, "¿Bueno, Jon, pero eso cuánto implica que me han subido los impuestos al salario, en proporción?"
Pues, entre 24.000€ y 90.000€ es más o menos un 12% de incremento de impuestos ¡a igual poder adquisitivo!
Pero el problema viene con el tramo entre el SMI de 2025… https://t.co/b9Bv5PXF4M pic.twitter.com/91PvblJmsn
— Jon González (@Jongonzlz) October 7, 2025
Aquí Jon González, con una explicación muy clara de porcentajes y valores absolutos.
Bulo político: "Este Gobierno no ha aumentado los impuestos"
Realidad: sólo en 2021-2024, cada contribuyente en España ha pagado entre 92 y 1295€ más en IRPF por no actualizarlo con el aumento de los precios. Esto, denominado "progresividad en frío", es un aumento impositivo. pic.twitter.com/OmzrzFOsY7
— Juan Luis Jiménez (@JuanLuis_JG) October 10, 2025
Aquí Juan Luis Jiménez (y sólo se incluye el efecto del no ajuste de los tramos).


