
La criminalidad en los proyectos de construcción se ha convertido en uno de los principales problemas del sector en España. Según el Informe de Criminalidad 2025, elaborado por BauWatch a partir de encuestas realizadas a 500 profesionales de la construcción y la infraestructura, el 39% de las obras registra retrasos debido a robos, vandalismo o intrusiones, con demoras de entre una y cuatro semanas en la mayoría de los casos.
Esta situación impacta directamente en los costes, los plazos de entrega y la rentabilidad de los proyectos, dificultando el avance de infraestructuras clave y agravando la presión sobre los presupuestos públicos y privados.
El estudio de la empresa líder en videovigilancia temporal revela una escalada preocupante: el 80% de los profesionales afirma haber sufrido algún robo en el último año y el 76% ha perdido materiales con frecuencia anual, mientras que el 58% asegura que la delincuencia ha aumentado durante los últimos doce meses. El fenómeno, lejos de ser puntual, se ha organizado y sofisticado, con tácticas que ya incluyen hackeo de sistemas de seguridad, drones y estafas digitales basadas en IA. En España, los materiales más sustraídos son cobre (62%), herramientas (54%) y cables (53%), afectando especialmente a obras energéticas y de telecomunicaciones.
Además del impacto directo en materiales y plazos, la criminalidad genera sobrecostes adicionales por refuerzo de la seguridad, aumento de las pólizas y paralización de trabajadores. Un 21% de los proyectos supera el presupuesto previsto debido a incidentes delictivos, y el 20% de los empleados ha tenido que asumir gastos de su propio equipo. Este efecto dominó encarece infraestructuras, eleva el precio final de la vivienda y puede retrasar el despliegue de proyectos estratégicos como redes eléctricas, centros de datos o parques renovables.
En España, delincuencia más profesionalizada
España se sitúa entre los mercados europeos donde el crimen organizado muestra mayor presencia en el sector. El 75% de los encuestados considera que los delincuentes actúan de forma profesional o muy profesional, un porcentaje superior a la media europea, lo que evidencia la existencia de un mercado negro consolidado.
La tendencia no es exclusiva de España. Según los datos agregados europeos del estudio y estimaciones de la Asociación Europea del Alquiler (ERA), las pérdidas anuales por robos en obras superan los 1.500 millones de euros. Austria y Francia encabezan el crecimiento de la criminalidad (71%), mientras que Italia (44%) y Polonia (34%) registran cifras más contenidas. Con un 58%, España se sitúa en posición intermedia, aunque destaca por el nivel de organización y sofisticación delictiva.

