
Con la llegada del frío, muchos hogares no solo sufren por la temperatura, sino también por la humedad, un factor que influye directamente en el consumo energético, la salud y el confort.
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Más del 30 % de las viviendas en España presentan problemas de humedad, según estudios del sector. Esta puede enfriar más rápido paredes, techos y suelos, obligando a que la calefacción trabaje más en invierno, y generando sensación de calor extremo en verano, aumentando el uso del aire acondicionado.
Cómo la humedad incrementa el consumo energético
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Mayor uso de calefacción y aire acondicionado: La humedad alta en verano obliga a enfriar más; en invierno, la baja humedad hace subir la calefacción.
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Deterioro de materiales aislantes: La humedad constante daña lana de roca, poliuretano y espumas, reduciendo la eficiencia térmica.
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Mal funcionamiento de electrodomésticos: Favorece la corrosión de componentes eléctricos y acorta la vida útil de lavadoras, calderas o aire acondicionado.
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Necesidad de ventilación constante: Abrir ventanas o usar extractores para reducir la humedad provoca pérdidas de calor y mayor consumo energético.
Según estudios del sector, los problemas de humedad pueden aumentar hasta un 20 % el consumo energético de un hogar.
Niveles ideales de humedad en casa
El confort térmico depende no solo de la temperatura, sino también de la humedad relativa:
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Invierno: 40 % - 50 %
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Verano: 50 % - 60 %
Mantener estos valores evita condensación, sensación de frío o bochorno, y reduce el uso innecesario de calefacción o aire acondicionado.
Estrategias para reducir la humedad y mejorar la eficiencia
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Invertir en buen aislamiento térmico: Evita filtraciones de humedad y mejora el rendimiento de la calefacción y refrigeración.
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Mejorar la ventilación: Usar extractores en cocina y baño, ventilar regularmente y equilibrar la humedad interior.
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Utilizar deshumidificadores: Pueden eliminar hasta un 50 % de la humedad, reduciendo el uso de sistemas de climatización.
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Instalar sensores de humedad: Higrómetros analógicos o digitales permiten medir y controlar los niveles de forma automática.
Beneficios de controlar la humedad
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Ahorro energético: Menor uso de calefacción y aire acondicionado, reduciendo hasta un 30 % la factura de luz y gas.
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Mejora de la salud: Menos moho, bacterias y ácaros, reduciendo problemas respiratorios y alergias.
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Preservación de la vivienda: Evita manchas, deformaciones de madera, corrosión de estructuras metálicas y deterioro de materiales.
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Mayor vida útil de electrodomésticos y sistemas de climatización: Mejor eficiencia y menor desgaste de equipos.


