
Uno de los grandes mantras de la última década en lo que tiene que ver con la economía es la narrativa por la cual se dice que mientras los beneficios empresariales no han hecho más que crecer, especialmente desde la crisis del año 2008, no lo ha hecho de la misma forma la remuneración de los asalariados, que cada vez percibirían una menor porción de la riqueza que se produce en el país. Este mensaje ha calado especialmente entre aquellos ciudadanos de ideología más próxima a Podemos o a Sumar, aunque también en los del PSOE. No obstante ¿qué hay de cierto en todo esto?
Para tratar de dar una respuesta a esta cuestión, aunque sea de forma aproximada, podemos servirnos de los datos más recientes que nos ofrece la Contabilidad Nacional Trimestral (INE), donde podemos ver cuanto han aumentado los beneficios empresariales y la remuneración de los asalariados en los últimos años, así como también comprobar cuánta de la riqueza producida en ese año han capturado.
Así pues, si hacemos los cálculos correspondientes, estos deberían ser los resultados para los años 1995, 2005, 2015 y 2025 (hasta el tercer trimestre incluido):

Tal y como se puede ver en el gráfico, el Excedente Bruto de Explotación (EBE), donde se incluyen los beneficios empresariales, no ha hecho más que perder peso como porcentaje sobre el PIB en los últimos 30 años, pasando de tener un peso del 44,16% en 1995 a uno del 41,76% en la actualidad.
Es aquí donde conviene hacer una aclaración con respecto al Excedente Bruto de Explotación (EBE) y es que, aunque se suela confundir en medios de comunicación con frecuencia, este concepto no es igual a "beneficios empresariales". Dentro del EBE se incluyen otros indicadores como las rentas de los autónomos, la depreciación del capital o las rentas inmobiliarias imputadas. De manera que, aunque el EBE incluye los beneficios empresariales, no se puede decir que sea exactamente lo mismo.
La remuneración de los asalariados está en máximos históricos
Por otro lado, la remuneración de los asalariados (sueldos y salarios + cotizaciones sociales a cargo del empresario) está en su punto más alto entre estas cuatro fechas, capturando el 48,48% del PIB en 2025 mientras que en 1995 capturaba el 47,8% del PIB. Nuevamente hay que recalcar que "remuneración de los asalariados" no es igual a "sueldos y salarios", aunque ya se haya mencionado.
Es por ello que también es conveniente incluir el peso de los "sueldos y salarios" en el PIB, siendo en 1995 del 37,6%, en 2005 del 36,4%, en 2015 del 35,9% y en 2025 del 37,5%. De esta forma, vemos que el peso de los salarios sobre el PIB ha crecido en los últimos 20 años.
Una de las principales conclusiones que se pueden sacar de estos datos es que el Excedente Bruto de Explotación, donde se incluyen los beneficios empresariales, ha caído en los últimos 10 años, mientras que aquellas rentas que perciben los trabajadores (ya sea en forma de cotizaciones sociales o en forma de salarios) han aumentado.
Las pensiones se llevan un buen pellizco del crecimiento de las remuneraciones
Otro aspecto que cabe mencionar es que mientras la "remuneración de los asalariados" ha crecido 2,8 puntos sobre el PIB entre 2015 y 2025, los "sueldos y salarios" han crecido 1,6 puntos sobre el PIB, lo que quiere decir que ese diferencial ha ido a parar al pago de pensiones. Con lo cual, los trabajadores apenas han recibido un 57,1% del aumento que se ha producido en sus remuneraciones en la última década.
En resumidas cuentas, vemos que el mantra por el cual se ha insistido en que los beneficios empresariales han crecido más o mucho más que los salarios de los trabajadores es falso, pues el peso del EBE sobre el PIB está en mínimos históricos mientras que los salarios están en su punto más alto en los últimos 20 años.

