A falta de poco más de un mes para las elecciones municipales, la izquierda que gobierna en muchos municipios de la Comunidad de Madrid empieza a temer que algunas de sus medidas más polémicas puedan pasarle factura en las urnas. Es el caso de Rivas-Vaciamadrid, uno de los municipios del llamado cinturón rojo, donde la implantación de los nuevos carriles bici segregados a la izquierda de la vía ha provocado una movilización sin precedentes contra el Gobierno liderado por IU, partido que ostenta el bastón de mando de la ciudad desde hace más de 30 años.
A las críticas por los atascos y el peligro que supone optar por este modelo en lugar del tradicional, se suma la falta de ciclistas, ya que, a pesar de la obcecación del equipo municipal, la mayor parte de los carriles bici se pasan vacíos buena parte del día. Precisamente por eso, cada vez son más los vecinos que afean al consistorio haber querido aprovecharse a toda costa de los fondos europeos que han sufragado las obras a espaldas de unos habitantes a los que, sin embargo, siempre presumen de tener en cuenta gracias a los llamados "presupuestos participativos".
En su afán por contrarrestar esta visión, el Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid se ha sacado ahora de la chistera una campaña llamada "Al cole en bici", que pretende fomentar el uso de este medio de transporte, premiando a los tres colegios que consigan involucrar al mayor número de familias posible con un lote de material escolar. La campaña se inaugura este mismo viernes y se extenderá hasta el 14 de junio, una vez pasadas las elecciones municipales. Precisamente por eso, el temor de los vecinos y de la oposición es que el consistorio pueda utilizar la participación en dicha campaña para lavar su imagen justo antes del 28-M.
Aunque la izquierda confía en mantener el poder, el temor es evidente, máxime después de que, en las autonómicas, el Partido Popular fuera el partido más votado con un 34% de lo votos. "La izquierda y extrema izquierda de Rivas-Vaciamadrid están muy asustados, sienten el aliento en la nuca y ven peligrar sus sillones, porque lo que ellos creen que es vitalicio tiene fecha de caducidad", decía el pasado miércoles la candidata del PP, Janette Novo, que ya en noviembre prometió que si ganaba las elecciones suprimiría el nuevo carril-bici, "que sólo empeora la movilidad y perjudica a peatones, ciclistas y conductores".
El polémico carril bici segregado
Desde hace años, Rivas-Vaciamadrid cuenta con carriles bici convencionales en muchas zonas del municipio. Sin embargo, el pasado mes de septiembre, con la intención de aprovechar los jugosos fondos europeos, el consistorio dio luz verde a estas nuevas vías instaladas en el centro de las carreteras, algo que requería de una mayor inversión —hasta 1,5 millones de euros— y reordenación del tráfico. La medida desató una oleada de protestas por parte de unos vecinos que no entienden qué sentido tiene la implantación de estos carriles que, en algunos lugares, incluso se solapan con los antiguos y que lo único que hacen es complicar la vida a los ciudadanos del municipio.
Desde entonces, las manifestaciones lideradas por la llamada Plataforma por la Movilidad de Rivas no han cesado. Vecinos de izquierda y derecha han salido a las calles para mostrar su rechazo a una medida que no solo puede provocar más accidentes en las rotondas, sino que, además, ya está generando más atascos, al dejar muchas calles reducidas a un solo carril, con el que peligro que eso conlleva, por ejemplo, para la circulación de ambulancias.
Esta última crítica eran tan incontestable que el Ayuntamiento no tuvo más remedio que cambiar las balizas que inicialmente había comprado para separar la carretera del carril bici, de tal forma que en lugar de postes verticales fueran pequeños montículos. Así, ambulancias o camiones de bomberos, por ejemplo, podrían invadir la vía reservada para los ciclistas en caso de emergencia. El resultado de la improvisación, sin embargo, dio lugar al despilfarro de cientos de balizas, a 27 euros cada una, tal y como publicó Libertad Digital. Ahora, la polémica vuelve a estar servida.