
Paula tiene 15 años y su familia no sabe nada de ella desde que se fugó de su casa -en El Álamo, Madrid- el domingo 16 de abril. El día anterior había discutido con sus padres. Salió por la tarde y le dijeron que tenía que estar de vuelta a las 20.30 horas, pero no cumplió. Aunque avisó a su madre de que cenaba fuera, pasaban las horas y no llegaba. "Sólo quería calle", explica Manuel Prego en declaraciones a Libertad Digital.
Ese era el principal motivo de las continuas discusiones. Aquel sábado, como había pasado en otras ocasiones, su padre tuvo que salir a buscarla. Dio con ella alrededor de las 2.30 horas de la madrugada. Estaba con un chico en la población cercana de Navalcarnero. El joven salió corriendo al verle y ellos se enzarzaron. Manuel se la llevó a casa y la castigó sin salir. Según nos explica su padre, ya no saben que hacer con ella para mejorar la vida familiar.
El domingo por la tarde, Manuel se fue a trabajar y ella aprovechó para escaparse. "Se zafó de mi mujer, saltó la valla y se escapó. Desde entonces no sabemos nada", relata. Se fue con los puesto: una sudadera blanca, el pantalón de pijama y unas chanclas amarillas. No cogió su móvil, ni dinero o el abono transporte. La Guardia Civil les dijo que esperaran a ver si aparecía a lo largo del día. No volvió y alrededor de la una de la madrugada pusieron la denuncia.
Intervino la Fiscalía de Menores
No era la primera vez que Paula hacía algo así. El pasado mes de noviembre ya "se escapó con una amiga y apareció en Valencia", "A raíz de todo esto", explica Manuel, "nos mandan a casa a un educador social y a una psicóloga, a pesar de que a ella ya la estaba viendo un psicólogo". Ha intervenido Fiscalía de Menores y ahora son ellos los que marcan las pautas.
"Este ha sido el resultado", exclama, "tras darle ciertas libertades (como nos han pedido)". Los padres creen que la rebeldía de la chica ha llegado a un punto que hace necesario que tomen otro tipo de medidas. "Yo no la dejaría salir, por ejemplo", nos dice su padre. Pero va en contra de las indicaciones que les han dado los expertos que supervisan lo que hacen.
El buenismo no ha funcionado

"Lo que dicen es que eso no puede ser, que hay que dejarla salir porque si no se convierte en una bomba de relojería", indica Manuel, "pero el buenismo tampoco ha funcionado".
El padre de la chica reconoce que la menor es "problemática" y que siempre "se termina juntando con lo peor de cada casa". Es así desde que tenía 12 años. Pero en los últimos meses -asegura- la situación se ha descontrolado.
Previamente, la habían cambiado de centro escolar en varias ocasiones con el objetivo de que hiciera nuevas amistades y que pudiera reconducir su vida. Pero no ha servido de nada. Recientemente se han enterado además de que es "consumidora habitual de porros". Creen que tiene "la autoestima baja" y lo hace "para crecerse". "Pensará que ser la más malota en estos círculos sirve de algo".
Le piden que vuelva
El caso es que les miente, no les hace caso, se mete en problemas... Y ellos están "muy preocupados". Es joven, se rodea de malas compañías y creen que éstas pueden engañarla, o incluso hacerle algo. A estas alturas han explorado todas las vías posibles, han seguido todas las pistas y no han dado con su paradero.
"Lógicamente, lo estamos pasando todos mal", exclama. Su hermana pequeña, de 10 años, está muy afectada. "La pequeñaja es dura y no lo exterioriza, pero lo sufre. Sabemos que no está bien", añade. "Sólo queremos que sepa que la queremos muchísimo y que queremos que esté en casa".

