
Uno de los nueve detenidos por la Policía Nacional por secuestrar presuntamente a dos hombres en Madrid es uno de los condenados por la violación y el asesinato de Sandra Palo en Leganés en 2003.
Se trata de Ramón S.J., quien en el momento del crimen tenía 16 años y quedó en libertad en 2011 tras cumplir los ocho años de internamiento en régimen cerrado a los que fue condenado, han informado a EFE fuentes policiales.
Fue el 17 de mayo de 2003 cuando, junto a otros dos menores y un joven de 18 años, introdujeron en un coche a Sandra Palo, de 22 años y con una minusvalía psíquica, cuando esperaba el autobús.
Condujeron hasta un descampado de la carretera de Toledo, donde la violaron, la atropellaron en repetidas ocasiones y le prendieron fuego.
Por el crimen de Sandra Palo, Ramón S.J. cumplió su condena tanto en un centro de menores como en la cárcel de Estremera, en la que ingresó a mediados de 2009, al cumplir 23 años, y de la que salió el 9 de junio de 2011.
Por ese crimen también fueron condenados Francisco J.A., El Malaguita, el único mayor de edad y sentenciado a 64 años de prisión; Rafael G.F., El Rafita, quien entonces tenía 16 años y ahora es un reincidente alunicero; y Ramón M.M., de 14 años en el momento del crimen.
En prisión provisional
El asesino de Sandra Palo, quien acumula numerosos antecedentes, fue detenido por última vez junto a ocho personas más el pasado 19 de enero acusados de secuestrar a dos hombres, y ha ingresado en prisión provisional.
Las víctimas acudieron engañados a una cita para la compra-venta de un vehículo de segunda mano. Los secuestradores amenazaron a las víctimas con un arma de fuego y los introdujeron por la fuerza en el vehículo con el que huyeron. A los arrestados, tres mujeres y seis hombres, se les imputan los delitos de secuestro, lesiones y robo con violencia e intimidación.
La investigación de la llamada 'operación Maverick' se inició el pasado día 17 de enero, tras recibir la denuncia de los familiares de las víctimas. Los secuestradores se habían puesto en contacto con ellos para exigirles el pago de una cantidad de dinero a cambio de la liberación de sus parientes. Se efectuó un pago, que se efectuó y fue recuperado posteriormente por los agentes; y pidieron un segundo sin éxito.
Los delincuentes habían sustraído a los secuestrados el dinero que llevaban para la compra del coche, así como el propio vehículo, con el que se habían desplazado al lugar del encuentro.
Tras las labores de investigación, se pudo determinar una posible localización de los implicados. Se trataba de un edificio abandonado en la capital, que se encuentra ocupado en su totalidad, lo que dificultaba enormemente la labor policial.
Después de varias comunicaciones entre los secuestradores y la familia de las víctimas para intentar llegar a un acuerdo económico para la liberación de los retenidos, el día 19 de enero se estableció un dispositivo para la liberación de las víctimas y la detención de los implicados en el secuestro.
Finalmente, intervinieron agentes de los GEO para acceder al interior del edificio ocupado, donde fueron localizados los secuestrados, procediendo inmediatamente a su liberación, en aparente buen estado de salud.
