
La Unidad Canina de la Policía Municipal de Madrid ha tenido que lamentar una pérdida. Lobo, un pastor belga malinois de 4 años, murió atropellado en acto de servicio. El perro pertenecía a la Sección Canina de la Policía Municipal de Madrid y su tarea consistía en rastrear explosivos en el hemiciclo del Palacio de Cibeles antes de cada Pleno del Ayuntamiento.
Lamentablemente, la semana pasada, cuando realizaba una patrulla rutinaria, el can se asustó con un ruido y escapó en dirección hacia la Fuente Cibeles. El semáforo se puso en verde y un conductor no pudo parar a tiempo para evitar la tragedia.Tras el accidente, fue trasladado inmediatamente a los servicios veterinarios que intentaron reanimarle, pero una hemorragia interna acabó provocando su fallecimiento.
La Policía Municipal de Madrid se ha despedido de su compañero rindiéndole un homenaje a través de la red social X. "Con mucho dolor despedimos a Lobo, miembro de nuestra Sección Canina, que falleció mientras cumplía con su labor policial", han comunicado. Asimismo, han destacado su "lealtad y servicio".
⚫️Con mucho dolor despedimos a 𝐋𝐨𝐛𝐨, miembro de nuestra Sección Canina🐕, que falleció mientras cumplía con su labor policial.
Gracias por tu lealtad y servicio y por cuidar de nosotros con valentía. 💙🐾
D.E.P #HéroeDeServicio#CompañerosDe4Patas#k9 pic.twitter.com/NbvGGcxPD1
— Policía Municipal de Madrid (@policiademadrid) July 7, 2025
Tres años trabajando con la Policía
El can llevaba trabajando con los agentes desde hacía tres años. En su adiestramiento, se preparó para investigar mochilas y materiales sospechosos escondidos. Su trabajo consistía en inspeccionar todas las estancias antes de los plenos y los actos oficiales. Desde que llegó, vivía con su guía, quien lo consideraba uno más de su familia.
El perro especialista fue entrenado en la Escuela Canina del Ayuntamiento de Madrid, donde aprendió ejercicios de detención de explosivos de gran complejidad. Aunque no estaba especializado en labores de rescate, sí que era capaz de aplicar técnicas de precisión en intervenciones urbanas.
El animal era uno más del equipo, y terminó convirtiéndose en un elemento esencial para la protección y seguridad de empleados, concejales y visitantes.


