
El Ayuntamiento de Madrid ya tiene por escrito lo que pasó el lunes durante la performance sorpresa de Rosalía en Callao, y el balance no es menor: ocho patrullas movilizadas, antidisturbios en la Gran Vía y un acceso del metro cerrado. Así lo recoge el atestado policial al que, según ha explicado este miércoles José Luis Martínez-Almeida, ha tenido acceso personalmente.
"Nos sentimos muy contentos y orgullosos de que Rosalía haya elegido Madrid y un lugar tan emblemático como la Plaza del Callao", ha respondido el alcalde al ser preguntado por la polémica. Sin embargo, apenas unos segundos después, ha descrito lo ocurrido como una secuencia de "alteraciones graves de seguridad".
Según el atestado policial —"de manera imprevista"—, hubo que "desplazar ocho indicativos de la Comisaría de Centro Sur" para reorganizar el tráfico en cuestión de minutos; movilizar unidades antidisturbios de la Policía Municipal para evitar que la gente cruzara la Gran Vía de lado a lado "poniendo en peligro su propia integridad física" y la de las personas que iban en sus vehículos; cerrar un acceso al Metro ante la avalancha de fans; y modificar la ruta de varias líneas de la EMT.
El Ayuntamiento estudia ahora dos frentes: la posible falta de autorización municipal y el hecho de que se congregaran "más de 500 personas", lo que podría suponer una infracción de la normativa sobre el derecho de reunión. "Se dará traslado a la Delegación del Gobierno por si entiende que tiene que adoptar alguna medida al respecto", ha avanzado Almeida.
Lo que sí tiene claro el alcalde es que "se pueden hacer las cosas de una manera diferente" sin "alterar la rutina" de quienes, por ejemplo, utilizaban el transporte público, y sin "afectar a la esencia" del evento.
Reiterando que está "muy contento" de que una artista como Rosalía entienda que Madrid es el lugar idóneo para presentar su nuevo álbum, Almeida ha recalcado que "las normas se aplican a todos por igual".
Si finalmente se confirma la ausencia de permisos, la actuación podría encajar en el artículo 37 de la Ley de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas de la Comunidad de Madrid, que considera una infracción muy grave celebrar un evento sin las preceptivas licencias. En ese caso, la sanción podría ir de 60.001 a 600.000 euros, aunque la ley obliga a valorar la proporcionalidad, la intencionalidad o la trascendencia social del hecho antes de imponer la correspondiente multa.
En todo caso, el propio gobierno municipal ya adelantó ayer que, incluso si se determina que faltaban permisos, la sanción "no sería muy grave", puesto que no hubo montaje de escenario ni excesivo ruido.

