L D (EFE)
El presidente de EEUU considera que ha llegado el momento “crucial” de afrontar la crisis de Irak y de que la comunidad internacional “demuestre con hechos” su compromiso con la libertad y la seguridad. Bush se dirigió a la nación en su habitual discurso radiofónico de los sábados para advertir de que “nos esperan días cruciales” y de que su Gobierno hará lo que esté en su mano para obligar al régimen de Sadam Husein a desarmarse, incluso por la fuerza. “En lo que respecta al Gobierno de EEUU y la coalición que lideramos, no existe ninguna duda. Haremos frente a un peligro creciente para protegernos y eliminar a un patrocinador y protector del terrorismo, y para mantener la paz en el mundo”, dijo.
El presidente estadounidense viaja este domingo al archipiélago portugués de Azores para reunirse con el primer ministro británico, Tony Blair, y el presidente del Gobierno español, José María Aznar. Esta “cumbre” ha sido calificada por la Casa Blanca como la “última y final” oportunidad para la diplomacia en la crisis iraquí ante el bloqueo político que se ha producido en Naciones Unidas.
La reacción a las palabras de Bush no ha tardado en llegar. Francia, Rusia y Alemania han pedido la convocatoria de una "reunión de urgencia" del Consejo de Seguridad de la ONU a nivel de ministros para establecer un "calendario muy preciso" sobre el desarme de Irak. El ministro francés de Asuntos Exteriores, Dominique de Villépin, explicó, en una entrevista en la emisora de televisión "France 2", que la iniciativa de los tres países pretende que en esa reunión se fijen "las tareas clave del desarme, es decir, dar un calendario muy preciso a la comunidad internacional". "Creemos que ese calendario y esas propuestas tienen que ser examinadas a nivel ministerial, y que todos juntos definamos el plazo razonable", indicó Villépin
Washington, Londres y Madrid promovieron a finales de febrero una nueva resolución, cuya aprobación debía constatar el incumplimiento iraquí del mandato de la ONU de desarmarse y abrir la puerta a una eventual acción armada para obligar a Bagdad a hacerlo. El texto cuenta con el respaldo adicional de Bulgaria, entre los 15 miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, y la clara oposición de Francia, China y Rusia -países con derecho a veto-, además de Siria y Alemania, por lo que su aprobación es más que dudosa.
La administración del presidente Bush defendió en un principio convocar una votación sobre el texto en el Consejo, al margen del resultado, pero el pasado jueves dio marcha atrás y el secretario de Estado, Colin Powell, afirmó que no votarlo “es una opción”. Esta será una de la cuestiones que tratarán en Azores Bush, Blair y Aznar, quienes, según la Casa Blanca, sólo abordarán cuestiones diplomáticas y, en ningún caso, planes militares sobre Irak.
Fuentes de la Casa Blanca citadas por el diario The Washington Post afirmaron que lo más probable es que se opte por no convocar la votación, porque “es más difícil avanzar si tienes un voto (de la ONU) en contra que si no tienes nada”. Según estas fuentes, en la resolución 1441 de noviembre pasado, que fue apoyada por los 15 miembros del Consejo y establecía “serias consecuencias” para Irak si no se desarmaba, “ya hay suficiente base legal” para llevar a cabo una eventual operación militar. No obstante, el presidente Bush abogó por que en este momento decisivo los Gobiernos de cada país muestren públicamente “si sus compromisos con la libertad y la seguridad son sólo palabras o son convicciones que están dispuestos a defender con hechos”.
Bush insistió en que la decisión de ir a la guerra contra Irak no se ha tomado aún, pero reconoció que “hay pocas razones para esperar que Sadam Husein se desarmará” y afirmó que “si se requiere la fuerza para desarmarlo” no se escatimarán esfuerzos para hacerlo. “Hemos dado a nuestras fuerzas armadas todas las herramientas y todos los recursos para lograr la victoria”, dijo Bush. Estados Unidos ha reunido ya una fuerza de unos 250.000 hombres en la zona del golfo Pérsico, que sólo esperan una orden del presidente, en su calidad de comandante en jefe, para invadir Irak.
El presidente estadounidense viaja este domingo al archipiélago portugués de Azores para reunirse con el primer ministro británico, Tony Blair, y el presidente del Gobierno español, José María Aznar. Esta “cumbre” ha sido calificada por la Casa Blanca como la “última y final” oportunidad para la diplomacia en la crisis iraquí ante el bloqueo político que se ha producido en Naciones Unidas.
La reacción a las palabras de Bush no ha tardado en llegar. Francia, Rusia y Alemania han pedido la convocatoria de una "reunión de urgencia" del Consejo de Seguridad de la ONU a nivel de ministros para establecer un "calendario muy preciso" sobre el desarme de Irak. El ministro francés de Asuntos Exteriores, Dominique de Villépin, explicó, en una entrevista en la emisora de televisión "France 2", que la iniciativa de los tres países pretende que en esa reunión se fijen "las tareas clave del desarme, es decir, dar un calendario muy preciso a la comunidad internacional". "Creemos que ese calendario y esas propuestas tienen que ser examinadas a nivel ministerial, y que todos juntos definamos el plazo razonable", indicó Villépin
Washington, Londres y Madrid promovieron a finales de febrero una nueva resolución, cuya aprobación debía constatar el incumplimiento iraquí del mandato de la ONU de desarmarse y abrir la puerta a una eventual acción armada para obligar a Bagdad a hacerlo. El texto cuenta con el respaldo adicional de Bulgaria, entre los 15 miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, y la clara oposición de Francia, China y Rusia -países con derecho a veto-, además de Siria y Alemania, por lo que su aprobación es más que dudosa.
La administración del presidente Bush defendió en un principio convocar una votación sobre el texto en el Consejo, al margen del resultado, pero el pasado jueves dio marcha atrás y el secretario de Estado, Colin Powell, afirmó que no votarlo “es una opción”. Esta será una de la cuestiones que tratarán en Azores Bush, Blair y Aznar, quienes, según la Casa Blanca, sólo abordarán cuestiones diplomáticas y, en ningún caso, planes militares sobre Irak.
Fuentes de la Casa Blanca citadas por el diario The Washington Post afirmaron que lo más probable es que se opte por no convocar la votación, porque “es más difícil avanzar si tienes un voto (de la ONU) en contra que si no tienes nada”. Según estas fuentes, en la resolución 1441 de noviembre pasado, que fue apoyada por los 15 miembros del Consejo y establecía “serias consecuencias” para Irak si no se desarmaba, “ya hay suficiente base legal” para llevar a cabo una eventual operación militar. No obstante, el presidente Bush abogó por que en este momento decisivo los Gobiernos de cada país muestren públicamente “si sus compromisos con la libertad y la seguridad son sólo palabras o son convicciones que están dispuestos a defender con hechos”.
Bush insistió en que la decisión de ir a la guerra contra Irak no se ha tomado aún, pero reconoció que “hay pocas razones para esperar que Sadam Husein se desarmará” y afirmó que “si se requiere la fuerza para desarmarlo” no se escatimarán esfuerzos para hacerlo. “Hemos dado a nuestras fuerzas armadas todas las herramientas y todos los recursos para lograr la victoria”, dijo Bush. Estados Unidos ha reunido ya una fuerza de unos 250.000 hombres en la zona del golfo Pérsico, que sólo esperan una orden del presidente, en su calidad de comandante en jefe, para invadir Irak.

