
L D (EFE) En un discurso sobre el sistema de salud pública para los ancianos estadounidenses en Atlanta (Georgia), Bush aludió, inevitablemente, a los atentados de Londres. "Confío en que, como en nuestro país, los ciudadanos de ese país no se dejarán intimidar por bandidos y asesinos", dijo el presidente, que aseguró que "no vamos a dejar que nadie nos asuste y nos haga abandonar nuestro gran amor por la libertad".
"Nos mantendremos fieles a nuestros principios de respeto a los derechos humanos y la dignidad humana, y la libertad de culto", insistió Bush, cuyas palabras fueron recibidas con una larga ovación entre el público.
Desde las explosiones registradas el jueves en tres estaciones de Metro y un autobús en Londres el presidente se mantiene al tanto de la situación y recibe actualizaciones periódicas de su consejera de seguridad nacional, Fran Townsend. Según el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, EEUU apoyará al Reino Unido "de cualquier manera que podamos" y agentes de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) colaboran con las fuerzas de seguridad británicas para tratar de identificar a los culpables.
El nivel de alerta en los sistemas de transporte terrestre estadounidenses es alto desde los atentados del 7 de julio, en los que murieron 56 personas, y es probable que esta medida se prorrogue tras las explosiones del jueves. El nivel alto supone que se han desplegado más patrullas de policía en las estaciones, en ocasiones dotadas con perros entrenados para detectar explosivos y se han aumentado los controles de seguridad por vídeo.
El secretario de Seguridad Nacional, Michael Chertoff, se reunió con su personal en varias ocasiones a lo largo del jueves para determinar las medidas de seguridad en el transporte público. Según el secretario adjunto de Seguridad Nacional, Brian Besanceney, la alerta de seguridad se revisa diariamente y "desde luego, tendremos en cuenta la información y los datos que recibimos del Reino Unido, así como la información de otras fuentes, para determinar cuáles son las medidas de protección adecuadas".
No obstante, los funcionarios del Departamento de Seguridad han hecho hincapié en que no se han recibido informaciones específicas que apunten a la posibilidad de un atentado en EEUU similar a los de Londres. Pese a ello, las autoridades de Nueva York han decidido comenzar registros aleatorios a los usuarios de los autobuses y el sistema de metro.
"Nos mantendremos fieles a nuestros principios de respeto a los derechos humanos y la dignidad humana, y la libertad de culto", insistió Bush, cuyas palabras fueron recibidas con una larga ovación entre el público.
Desde las explosiones registradas el jueves en tres estaciones de Metro y un autobús en Londres el presidente se mantiene al tanto de la situación y recibe actualizaciones periódicas de su consejera de seguridad nacional, Fran Townsend. Según el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, EEUU apoyará al Reino Unido "de cualquier manera que podamos" y agentes de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) colaboran con las fuerzas de seguridad británicas para tratar de identificar a los culpables.
El nivel de alerta en los sistemas de transporte terrestre estadounidenses es alto desde los atentados del 7 de julio, en los que murieron 56 personas, y es probable que esta medida se prorrogue tras las explosiones del jueves. El nivel alto supone que se han desplegado más patrullas de policía en las estaciones, en ocasiones dotadas con perros entrenados para detectar explosivos y se han aumentado los controles de seguridad por vídeo.
El secretario de Seguridad Nacional, Michael Chertoff, se reunió con su personal en varias ocasiones a lo largo del jueves para determinar las medidas de seguridad en el transporte público. Según el secretario adjunto de Seguridad Nacional, Brian Besanceney, la alerta de seguridad se revisa diariamente y "desde luego, tendremos en cuenta la información y los datos que recibimos del Reino Unido, así como la información de otras fuentes, para determinar cuáles son las medidas de protección adecuadas".
No obstante, los funcionarios del Departamento de Seguridad han hecho hincapié en que no se han recibido informaciones específicas que apunten a la posibilidad de un atentado en EEUU similar a los de Londres. Pese a ello, las autoridades de Nueva York han decidido comenzar registros aleatorios a los usuarios de los autobuses y el sistema de metro.
