LD (EFE) Los representantes de Japón y Corea del Norte reunidos en Pekín se han dedicado a resolver el problema de los trece ciudadanos japoneses secuestrados por la dictadura comunista de Pyongyang en las décadas de 1970 y 1980 para enseñar su idioma a los cuadros de espías norcoreanos.
Kunio Umeda, subdirector del Buró de Asia y Oceanía del Ministerio japonés de Asuntos Exteriores, y Kim Chol Ho, jefe de la sección japonesa del Ministerio norcoreano de Exteriores, son los protagonistas de esta reunión. En la última reunión informal entre ambos países en Pekín el 25 de diciembre se decidió la creación de tres grupos de trabajo para solucionar sendas disputas: los secuestrados, la seguridad (programa de misiles y nuclear norcoreano) y los lazos diplomáticos.
En el 2002 Corea del Norte devolvió a cinco de estos secuestrados a Japón, como consecuencia de la duodécima ronda de diálogo entre ambos países, y señaló que los otros ocho habían muerto. Tokio se niega a aceptar la muerte de estos nacionales a la vista de las pruebas presentadas por Pyongyang: cenizas que según Japón no corresponden a las de los secuestrados tras haber realizado los correspondientes análisis de ADN.
