L D (EFE) El secretario de Estado, Colin Powell, dialogó por teléfono con la presidenta filipina, Gloria Macapagal Arroyo, informó el portavoz del Departamento de Estado, Richard Boucher. "Aplaudimos la decisión de la presidenta Arroyo de no ceder ante los terroristas y no consentir la retirada prematura de las fuerzas filipinas", declaró el portavoz.
Filipinas ha indicado que mantiene sus planes para la retirada de sus efectivos el 20 de agosto, como estaba previsto. En sus declaraciones, Boucher lanzó un llamamiento para la puesta en libertad de De la Cruz, al afirmar que "el secuestro o asesinato de civiles inocentes es uno de los aspectos más atroces del terrorismo". El trabajador filipino fue secuestrado el miércoles pasado por los secuaces de la "Brigada de Jaled bin al Walid", nuevo grupo supuestamente vinculado a los terroristas del "Ejército Islámico de Irak".
Por el momento, la presidenta de Filipinas, Gloria Macapagal Arroyo, mantiene silencio, después de que el pasado sábado su ministra de Trabajo, Patricia Santo Tomás, anunciara erróneamente la liberación del rehén. La confusión es la tónica general en este delicado caso dado que el Gobierno es partidario de retirar a sus fuerzas de seguridad el 20 de agosto, cuando concluye su compromiso con la coalición, pero la presión popular y el temor a que el trabajador filipino pueda ser asesinado podrían hacer variar su decisión.
