L D (EFE) Durante el primer día de 2004 las calles de Bagdad estuvieron prácticamente vacías, pero con una mayor presencia de soldados estadounidenses, a pie y parapetados en sus vehículos blindados, como el día anterior.
"Los informes de inteligencia militar nos advirtieron sobre lo que podría pasar en las 72 próximas horas, y seguimos igual de preparados para hacer frente y proporcionar seguridad a todo el pueblo iraquí", ha dicho el general Martin Dempsey, jefe de la unidad responsable de la seguridad en Bagdad.
Atentado en Bagdad durante la Nochevieja
A pesar de las extremas medidas de seguridad, los terroristas volvieron a golpear en Nochevieja con un cruento ataque. Al parecer, un coche-bomba explotó poco antes de la medianoche a la puerta del restaurante "Nabil", uno de los más prestigiosos de Bagdad, donde a esa hora cenaban unos 40 comensales. La explosión segó la vida de ocho personas y dejo a 35 personas heridas, entre ellos tres reporteros del diario estadounidense Los Angeles Times.
"Fue un ataque vil, una acción terrorista perpetrada por personas que no tienen ni moral ni ética. Colocaron un coche repleto de explosivo TNT", explicó Ahmed Qadim Ibrahim, comisario de la Policía iraquí. Sin embargo, aún no se ha aclarado si se trató de un atentado suicida o si los terroristas se limitaron a abandonar el vehículo a la puerta del restaurante, que carecía de la más mínima protección.
Operación antiterrorista en Baquba
Además de la medidas de seguridad, las tropas norteamericanas combatieron la amenaza del día de año nuevo con una intensa operación de búsqueda y captura de terroristas, sobre todo en el denominado "triángulo suní", una conflictiva zona al norte de Bagdad. A la caída de la noche, más de un millar de soldados de EEUU., en compañía de centenares de agentes iraquíes, rastrearon el interior y los alrededores de la ciudad de Baquba, a unos 80 kilómetros al noroeste de la capital.
Según responsables de la IV División de Infantería, la operación concluyó con el apresamiento de 27 insurgentes, algunos de ellos supuestos líderes terroristas, y la incautación de numerosas armas y munición. El nivel de alerta también fue especial en los acuartelamientos que el resto de las fuerzas extranjeras desplegadas en Irak ocupan a lo largo del país. En Diwaniya, donde trabajan las tropas españolas, la mayoría de los turnos regulares de vigilancia se vieron duplicados, e incluso triplicados.
