LD (Agencias) En una visita oficial a Marruecos, Williams Bruns ha instado a las partes implicadas en el contencioso del Sáhara Occidental a "trabajar de manera constructiva con la ONU". Sin embargo, dejó en claro que el Gobierno al que pertenece no aceptará ninguna solución impuesta a Rabat. Burns salió así al paso de forma diplomática al rechazo del "Plan Baker II", reiterado por las autoridades marroquíes la semana pasada.
Con respecto a las duras críticas dirigidas por Marruecos contra el secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, y su enviado personal para el Sáhara Occidental, James Baker, Burns repitió en varias ocasiones durante una rueda de prensa que su país "continúa apoyando los esfuerzos efectuados por Annan y Baker". Rabat divulgó el pasado 22 de octubre un comunicado en el que reiteraba "con fuerza" su rechazo al "Plan Baker II", comunicado que recogía en parte una carta que el embajador de Marruecos ante la ONU, Mohamed Benuna, dirigió al Consejo de Seguridad y en la que se acusaba a Annan y Baker de parcialidad. Tanto la carta como el comunicado fueron la reacción marroquí al último informe del secretario general de Naciones Unidas y a las recomendaciones contenidas en este documento en las que se instaba a Marruecos a aplicar el plan de paz Baker.
En el comunicado marroquí se decía que el "Plan Baker II" representaba "una regresión en la búsqueda de una auténtica solución política "porque consagra el regreso al Plan de Arreglo de 1990", que preveía un referéndum de autodeterminación. Según las tesis marroquíes, la solución para este contencioso, que dura ya 28 años, pasa por una negociación directa con Argelia, principal valedor de los independentistas del Frente Polisario.
Burns aludió, siempre en un tono diplomático, tanto a la acusaciones de Marruecos como a la posibilidad de una negociación directa con Argelia. En ese sentido, reiteró, también en varias ocasiones, que los EEUU "no apoyan ninguna solución impuesta a Marruecos o a ninguna otra de las partes".
