L D (EFE)
"Ha recibido el apoyo de 71 (de los 128) diputados" del Parlamento libanés, donde permanece vacío el escaño que ocupó Rafic Hariri, el asesinado ex primer ministro y rival reconocido de Karame, detalló el portavoz.
Fuentes cercanas al palacio presidencial detallaron que los partidos por sirios, con los grupos chiíes Hizbula y Amal a la cabeza, fueron los principales defensores de la candidatura del primer ministro dimisionario.
La organización terrorsita, Hizbula, que el martes logró movilizar a cientos de miles de libaneses pro sirios, aportó doce votos, mientras que Amal, partido que lidera el presidente del Parlamento, Nabih Berri, le dio sus 14 escaños, a los que se sumaron los ocho de Sueliman Franjie y los de otras formaciones de menor calado. Karame no quiso revelar si aceptará el cargo, y pidió a los periodistas que esperen hasta que el nombramiento se oficialice.
Las consultas parlamentarias, que se prolongaron durante ocho horas en el palacio presidencial, se celebraron en un clima de concordia, aunque con evidente tensión, según las fuentes. Los grupos de oposición, que desde hace dos semanas lideran una "intifada" pacífica contra los grupos pro sirios, no presentaron candidato alguno y se limitaron a entregar al presidente un programa con varias reivindicaciones.
Los opositores subrayaron que su aprobación y colaboración con el futuro Gobierno depende de que el nuevo gabinete se comprometa a cumplir ese programa, que entre otros puntos exige la dimisión de los seis máximos responsables de los servicios de Seguridad del Líbano, además de la renuncia del fiscal del Estado, Adnan Adum.
Asimismo, demandaron la retirada total de las tropas sirias que aún permanecen desplegadas en el Líbano, la investigación del asesinato de Hariri y la formación de un Gobierno neutral que conduzca al país hasta las próximas elecciones. "El presidente invitó a la oposición a participar de forma directa en el nuevo Gobierno y prometió que la investigación llegará al final en colaboración con la ONU y los culpables serán juzgados. Estamos a la espera de su respuesta", afirmó Chelala.
La oposición, por su parte, avanzó que si las demandas no son escuchadas proseguirá con las movilizaciones. La actual crisis política en el Líbano, que obligó a la renuncia del gabinete de Karame, se desató el pasado 14 de febrero tras el asesinato en Beirut de Hariri. La oposición contraria a la presencia Siria responsabilizó a este país de instigar el magnicidio, y aprovechó la ocasión para exigir con fuerza una antiguo reivindicación: la salida de las tropas sirias desplegadas en el Líbano desde 1976.
A la demanda se sumó la comunidad internacional, que instó a la aplicación de la resolución 1559 del Consejo de Seguridad de la ONU, promovida en septiembre pasado por Francia y EEUU y que pide el fin de la presencia militar y la injerencia siria en los asuntos internos del Líbano. El pasado sábado, el presidente sirio, Bachar al-Asad, ordenó el repliegue de sus soldados al valle de la Bekaa, como paso previo para una eventual retirada total. El martes, los grupos pro sirios, con Hizbula a la cabeza, hicieron una demostración de fuerza e instaron al diálogo nacional, pero refutaron la demanda de la oposición de que el Gobierno sea neutral.
Fuentes cercanas al palacio presidencial detallaron que los partidos por sirios, con los grupos chiíes Hizbula y Amal a la cabeza, fueron los principales defensores de la candidatura del primer ministro dimisionario.
La organización terrorsita, Hizbula, que el martes logró movilizar a cientos de miles de libaneses pro sirios, aportó doce votos, mientras que Amal, partido que lidera el presidente del Parlamento, Nabih Berri, le dio sus 14 escaños, a los que se sumaron los ocho de Sueliman Franjie y los de otras formaciones de menor calado. Karame no quiso revelar si aceptará el cargo, y pidió a los periodistas que esperen hasta que el nombramiento se oficialice.
Las consultas parlamentarias, que se prolongaron durante ocho horas en el palacio presidencial, se celebraron en un clima de concordia, aunque con evidente tensión, según las fuentes. Los grupos de oposición, que desde hace dos semanas lideran una "intifada" pacífica contra los grupos pro sirios, no presentaron candidato alguno y se limitaron a entregar al presidente un programa con varias reivindicaciones.
Los opositores subrayaron que su aprobación y colaboración con el futuro Gobierno depende de que el nuevo gabinete se comprometa a cumplir ese programa, que entre otros puntos exige la dimisión de los seis máximos responsables de los servicios de Seguridad del Líbano, además de la renuncia del fiscal del Estado, Adnan Adum.
Asimismo, demandaron la retirada total de las tropas sirias que aún permanecen desplegadas en el Líbano, la investigación del asesinato de Hariri y la formación de un Gobierno neutral que conduzca al país hasta las próximas elecciones. "El presidente invitó a la oposición a participar de forma directa en el nuevo Gobierno y prometió que la investigación llegará al final en colaboración con la ONU y los culpables serán juzgados. Estamos a la espera de su respuesta", afirmó Chelala.
La oposición, por su parte, avanzó que si las demandas no son escuchadas proseguirá con las movilizaciones. La actual crisis política en el Líbano, que obligó a la renuncia del gabinete de Karame, se desató el pasado 14 de febrero tras el asesinato en Beirut de Hariri. La oposición contraria a la presencia Siria responsabilizó a este país de instigar el magnicidio, y aprovechó la ocasión para exigir con fuerza una antiguo reivindicación: la salida de las tropas sirias desplegadas en el Líbano desde 1976.
A la demanda se sumó la comunidad internacional, que instó a la aplicación de la resolución 1559 del Consejo de Seguridad de la ONU, promovida en septiembre pasado por Francia y EEUU y que pide el fin de la presencia militar y la injerencia siria en los asuntos internos del Líbano. El pasado sábado, el presidente sirio, Bachar al-Asad, ordenó el repliegue de sus soldados al valle de la Bekaa, como paso previo para una eventual retirada total. El martes, los grupos pro sirios, con Hizbula a la cabeza, hicieron una demostración de fuerza e instaron al diálogo nacional, pero refutaron la demanda de la oposición de que el Gobierno sea neutral.
