L D (EFE) Antes de la amenaza tarrorista, los Gobiernos de Londres y Dublín restaban importancia a la decisión del IRA, adoptada en protesta por el hecho de que ambos han incriminado a la banda terrorista del robo de casi 38 millones de euros de un banco de Belfast en diciembre.
En el breve comunicado divulgado esta tarde, de apenas dos líneas, el IRA acusó a ambos ejecutivos de "minimizar" su declaración anterior y de "arruinar" el proceso de paz, y les urgió a que "no subestimen la gravedad de la situación", en una clara amenaza.
Ante el anuncio, este miércoles, de que la banda abandona su desarme, Londres y Dublín se mostraban convencidos de que esa medida no representa el fin del proceso de paz o la vuelta del conflicto armado, en el mismo sentido que se manifestó el Sinn Fein, brazo político del IRA.
El primer ministro irlandés, Bertie Ahern, afirmaba que las conversaciones de paz continuarán con todos los partidos y dijo que no ve la declaración del IRA como algo negativo. "Están expresando lo que es un hecho, que las negociaciones se han roto. Todas las propuestas se han retirado de la mesa y eso es normal en cualquier negociación", dijo Ahern.
Por su parte, el ministro británico para Irlanda del Norte, Paul Murphy, precisaba que "no buscamos la confrontación, pero queremos que la gente entienda que el obstáculo en estos momentos es la criminalidad", e insistió en que seguirán buscando nuevas vías para avanzar en el proceso de paz.
Según un portavoz del primer ministro británico, Tony Blair, "es justo decir que la retirada del desarme es algo que el IRA hizo antes en momentos de dificultad" y reiteró que "los hechos indican que el IRA llevó a cabo el atraco" en el Northern Bank.
El presidente del Sinn Fein, Gerry Adams, calificaba hoy de "sinsentido" las acusaciones de los primeros ministros. "Los dos Gobiernos tienen que hacer una contribución clave. O aceptan el difícil reto de convertirse en pacificadores o continúan empeorando una situación de por sí mala", dijo Adams.
