LD (Agencias)
La ceremonia de la disolución fue puramente formal, con la lectura por parte del presidente de la Cámara, Tamisuke Watanuki, del edicto que llevaba el sello del emperador Akihito, una vez que el gobernante decidió iniciar el proceso para convocar las elecciones. Koizumi estableció el nueve de noviembre próximo como la fecha para llamar a las urnas a los japoneses, mientras que el inicio de la campaña será el 28 de octubre.
Según los medios de comunicación locales, Koizumi está decidido a capitalizar su alta popularidad, en torno al 60 por ciento y la mayor de un gobernante en muchos años, para lograr la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, que su partido no obtuvo en las tres últimas elecciones de 1993, 1996 y 2000. Koizumi fue reelegido por amplia mayoría hace dos semanas presidente del Partido PLD, formación política que gobierna Japón en coalición con los minoritarios Komeito y Nuevo Conservador, que cuentan con la mayoría absoluta del hemiciclo, formada por 480 diputados.
"Se han dado las circunstancias", dijo Koizumi en los pasillos de la Dieta para justificar la disolución, mientras que el líder del partido opositor Demócrata, Naoto Kan, afirmó que ése fue el mejor regalo que le podían haber hecho en un día como hoy que cumple 57 años de edad. Las elecciones generales serán las primeras para Koizumi como primer ministro desde que fue elegido para el cargo en abril de 2001, y representarán también la primera oportunidad para que el pueblo juzgue directamente su labor.
Koizumi no ha dejado de defender su compromiso con las reformas estructurales para sacar al país de la larga crisis económica que provocó el estallido de la burbuja especulativa de finales de la década de los ochenta, cuyo resultado ha sido el alza del desempleo a máximos históricos, superiores al cinco por ciento, y las quiebras empresariales. La prensa japonesa considera que en las próximas elecciones se podrá saber si el ciudadano da prioridad a las reformas a largo plazo repetidas por Koizumi, o a las "inyecciones" económicas que impulsen y alivien la actividad empresarial a corto plazo, de las que son partidarios algunos líderes del partido gobernante.
Según los medios de comunicación locales, Koizumi está decidido a capitalizar su alta popularidad, en torno al 60 por ciento y la mayor de un gobernante en muchos años, para lograr la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, que su partido no obtuvo en las tres últimas elecciones de 1993, 1996 y 2000. Koizumi fue reelegido por amplia mayoría hace dos semanas presidente del Partido PLD, formación política que gobierna Japón en coalición con los minoritarios Komeito y Nuevo Conservador, que cuentan con la mayoría absoluta del hemiciclo, formada por 480 diputados.
"Se han dado las circunstancias", dijo Koizumi en los pasillos de la Dieta para justificar la disolución, mientras que el líder del partido opositor Demócrata, Naoto Kan, afirmó que ése fue el mejor regalo que le podían haber hecho en un día como hoy que cumple 57 años de edad. Las elecciones generales serán las primeras para Koizumi como primer ministro desde que fue elegido para el cargo en abril de 2001, y representarán también la primera oportunidad para que el pueblo juzgue directamente su labor.
Koizumi no ha dejado de defender su compromiso con las reformas estructurales para sacar al país de la larga crisis económica que provocó el estallido de la burbuja especulativa de finales de la década de los ochenta, cuyo resultado ha sido el alza del desempleo a máximos históricos, superiores al cinco por ciento, y las quiebras empresariales. La prensa japonesa considera que en las próximas elecciones se podrá saber si el ciudadano da prioridad a las reformas a largo plazo repetidas por Koizumi, o a las "inyecciones" económicas que impulsen y alivien la actividad empresarial a corto plazo, de las que son partidarios algunos líderes del partido gobernante.
