L D (EFE)
La advertencia del parlamentario, que actuó como portavoz de los partidos de oposición, se produjo durante una rueda de prensa celebrada en la sede de la Asamblea.
Los partidos del oficialismo, que tienen 84 de los 165 escaños del Parlamento, plantearon la necesidad de modificar el reglamento interno para evitar que la prolongación indefinida de los debates se use como mecanismo para impedir la aprobación de leyes.
El reglamento ya fue modificado en octubre de 2003 después de que se celebrasen sesiones de casi 20 horas sin que se aprobase ningún artículo debido a la intervención rotatoria e ininterrumpida de diputados de oposición que pedían la palabra. Caldera dijo que la oposición no puede aceptar las reformas porque entiende que con ellas "enmudecería" y quedaría "bloqueada la autonomía parlamentaria".
Según Caldera, la reforma "privaría a los parlamentarios del derecho de palabra, le concede al presidente de la AN la insólita potestad de suspender a los parlamentarios y, por si fuera poco, deja al criterio del presidente de la AN resolver los punto que no estén contemplados en el reglamento". Según trascendió, la reforma pretende establecer en diez diputados el tope de intervenciones y otorgarle a cada uno un tiempo de exposición de cuatro minutos por cada artículo o aspecto de la ley en discusión que deba ser votado.
Caldera lamentó que la solicitud de impugnación introducida en la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia contra anteriores reformas no haya tenido respuesta todavía. "La Sala Constitucional se lava las manos bajo el argumento de que no pueden inmiscuirse en los asuntos de otro poder del Estado, por eso no tiene sentido recurrir las nuevas reformas ante esa sala", señaló Caldera al defender la legitimidad de adoptar medidas de fuerza para impedir las sesiones dentro del Parlamento.
El miércoles, diputados de oposición tomaron el estrado principal de la Asamblea Nacional y sus accesos e impidieron a la directiva del mismo ocupar sus puestos, por lo que la sesión debió suspenderse tras varias escaramuzas.
Los partidos del oficialismo, que tienen 84 de los 165 escaños del Parlamento, plantearon la necesidad de modificar el reglamento interno para evitar que la prolongación indefinida de los debates se use como mecanismo para impedir la aprobación de leyes.
El reglamento ya fue modificado en octubre de 2003 después de que se celebrasen sesiones de casi 20 horas sin que se aprobase ningún artículo debido a la intervención rotatoria e ininterrumpida de diputados de oposición que pedían la palabra. Caldera dijo que la oposición no puede aceptar las reformas porque entiende que con ellas "enmudecería" y quedaría "bloqueada la autonomía parlamentaria".
Según Caldera, la reforma "privaría a los parlamentarios del derecho de palabra, le concede al presidente de la AN la insólita potestad de suspender a los parlamentarios y, por si fuera poco, deja al criterio del presidente de la AN resolver los punto que no estén contemplados en el reglamento". Según trascendió, la reforma pretende establecer en diez diputados el tope de intervenciones y otorgarle a cada uno un tiempo de exposición de cuatro minutos por cada artículo o aspecto de la ley en discusión que deba ser votado.
Caldera lamentó que la solicitud de impugnación introducida en la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia contra anteriores reformas no haya tenido respuesta todavía. "La Sala Constitucional se lava las manos bajo el argumento de que no pueden inmiscuirse en los asuntos de otro poder del Estado, por eso no tiene sentido recurrir las nuevas reformas ante esa sala", señaló Caldera al defender la legitimidad de adoptar medidas de fuerza para impedir las sesiones dentro del Parlamento.
El miércoles, diputados de oposición tomaron el estrado principal de la Asamblea Nacional y sus accesos e impidieron a la directiva del mismo ocupar sus puestos, por lo que la sesión debió suspenderse tras varias escaramuzas.
