L D (Agencias)
El Comandante Supremo de la OTAN para Europa, el general James L. Jones, ha reconocido este viernes que la Alianza revisa a la baja su misión de adiestramiento a oficiales de las Fuerzas Armadas en Irak y planea dejar una parte de esa tarea a los propios iraquíes.
Jones recalcó que éste es un desarrollo "positivo y no negativo" que ha partido de una petición de las propias autoridades en Bagdad, y lo atribuyó a la capacidad iraquí para llevar realizar una parte del adiestramiento. Sin embargo, el general reconoció que la negativa de varios países, entre ellos Francia, Alemania y España, de enviar efectivos a Irak "ha causado serias dificultades" y calificó de "duro trabajo" el reclutamiento de fuerzas para la misión.
El general señaló que serán necesarios un total de 159 efectivos, entre instructores y personal de apoyo, para comenzar el adiestramiento en el cuartel general de la OTAN en la "zona verde" de Bagdad, una cifra muy inferior a los 300 fijados en la reunión de ministros de Asuntos Exteriores aliados en diciembre pasado en Bruselas, según informa EFE . Jones explicó que "los iraquíes tienen una mayor capacidad para proporcionar instructores de lo que pensábamos" y dijo que el jefe de la misión, el general David Petraeus, "ha revisado sus conceptos y estamos ajustando los números para contar con las fuerzas adecuadas".
Desde agosto, un reducido número de miembros de la OTAN asesora al Estado Mayor iraquí en el cuartel general de la Alianza en Bagdad, donde en la actualidad hay 103 personas, entre instructores y personal de apoyo. Las autoridades militares de la OTAN intentarán conseguir en una reunión la semana próxima la cincuentena que falta para comenzar el adiestramiento propiamente dicho, según Jones.
La OTAN sigue también con sus planes de establecer el centro de entrenamiento iraquí de Ar Rustamanyah a las afueras de Bagdad, donde en un principio debía llevarse a cabo el grueso del adiestramiento. Según Jones, "en vista de la capacidad de los iraquíes, los instructores de la OTAN podrán coordinar a un nivel más alto" las tareas de adiestramiento, con lo que serán necesarios menos efectivos aliados.
Una reducción del número de instructores supondrá una drástica caída en el número total de efectivos, ya que debido a la gran inseguridad reinante en Irak se requeriría una robusta fuerza de protección para el personal aliado.
Jones recalcó que éste es un desarrollo "positivo y no negativo" que ha partido de una petición de las propias autoridades en Bagdad, y lo atribuyó a la capacidad iraquí para llevar realizar una parte del adiestramiento. Sin embargo, el general reconoció que la negativa de varios países, entre ellos Francia, Alemania y España, de enviar efectivos a Irak "ha causado serias dificultades" y calificó de "duro trabajo" el reclutamiento de fuerzas para la misión.
El general señaló que serán necesarios un total de 159 efectivos, entre instructores y personal de apoyo, para comenzar el adiestramiento en el cuartel general de la OTAN en la "zona verde" de Bagdad, una cifra muy inferior a los 300 fijados en la reunión de ministros de Asuntos Exteriores aliados en diciembre pasado en Bruselas, según informa EFE . Jones explicó que "los iraquíes tienen una mayor capacidad para proporcionar instructores de lo que pensábamos" y dijo que el jefe de la misión, el general David Petraeus, "ha revisado sus conceptos y estamos ajustando los números para contar con las fuerzas adecuadas".
Desde agosto, un reducido número de miembros de la OTAN asesora al Estado Mayor iraquí en el cuartel general de la Alianza en Bagdad, donde en la actualidad hay 103 personas, entre instructores y personal de apoyo. Las autoridades militares de la OTAN intentarán conseguir en una reunión la semana próxima la cincuentena que falta para comenzar el adiestramiento propiamente dicho, según Jones.
La OTAN sigue también con sus planes de establecer el centro de entrenamiento iraquí de Ar Rustamanyah a las afueras de Bagdad, donde en un principio debía llevarse a cabo el grueso del adiestramiento. Según Jones, "en vista de la capacidad de los iraquíes, los instructores de la OTAN podrán coordinar a un nivel más alto" las tareas de adiestramiento, con lo que serán necesarios menos efectivos aliados.
Una reducción del número de instructores supondrá una drástica caída en el número total de efectivos, ya que debido a la gran inseguridad reinante en Irak se requeriría una robusta fuerza de protección para el personal aliado.
