L D (Europa Press) Unos 15.000 opositores volvieron a reunirse en las calles de Bakú para protestar contra los resultados de los pasados comicios, celebrados el 6 de noviembre, alegando que fueron manipulados. Sin embargo, a diferencia de las protestas anteriores, los manifestantes trataron de convertir la reunión en una protesta permanente en una plaza de la capital, lo que provocó la intervención de la Policía.
Inmediatamente después de que los líderes de la oposición comunicaran que se quedarían en la plaza para continuar con la protesta, los agentes de seguridad trataron de dispersarlos, golpeándolos con porras y obligándoles a salir, mientras los manifestantes gritaban "libertad" y lanzaban piedras a los policías.
A pesar de la resistencia cientos de agentes de policía, soldados y agentes de policía secreta expulsaron a los opositores de la plaza. La manifestación había sido convocada para el domingo, pero al no conseguir la autorización, los opositores la reconvocaron para este sábado. Tenían una autorización de dos horas, tras lo que la Policía intervino.