
LD (EFE) En una conferencia de prensa celebrada en Moscú, el ministro de Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov, declaró que "Rusia nunca será parte de nuevas santas alianzas contra quien quiera que sea. Rusia continuará jugando un papel equidistante en los asuntos internacionales".
Lavrov subrayó que Rusia aboga por "la convivencia pacífica, el derecho internacional, la seguridad colectiva y la solución político-diplomática para los conflictos internacionales". Actualmente, añadió "nos enfrentamos a amenazas que no pueden ser asociadas con un solo país", por lo que son necesarias "acciones colectivas" y "reglas consensuadas".
El jefe de la diplomacia rusa negó además que Rusia sea una "amenaza", idea que tachó de "mito" ideado por la prensa occidental. Dijo que "estamos siguiendo la reacción de la prensa extranjera al rápido renacimiento de Rusia como una de las principales potencias mundiales. Ciertos círculos políticos en Occidente no están preparados para tal evolución de los acontecimientos". En todo caso, agregó, "Rusia actúa en el marco del derecho internacional".
Por otra parte, precisó que el escudo antimisiles estadounidense y el problema de Kosovo forman parte de lo que llamó "la línea roja" de la política exterior rusa. Apuntó que "debe entenderse que en la política exterior rusa de no confrontación existen las llamadas 'líneas rojas': cuando existe una amenaza real para la seguridad nacional o el orden internacional vigente", apuntó.
