L D (EFE) Más de 4.000 personas tomaron parte en la manifestación de este sábado, entre ellos varias decenas de residentes en el archipiélago de las Kuriles ("Territorios del Norte" para Japón), que geográfica y administrativamente forman parte de la región de Sajalín.
El acto estuvo organizado por los liberales, comunistas y los nacionalistas de "Ródina" (Patria), que ganaron sorprendentemente las elecciones locales celebradas hace varias semanas en Sajalín, pero no fue respaldado por el oficialista "Rusia Unida".
La protesta se produjo poco después de que el ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, apuntara la posibilidad de devolver dos de las cuatro islas Kuriles del Sur, oferta rechazada de inmediato por Japón. De poco valió que al día siguiente el presidente ruso matizara que "dos islas" es la mayor concesión que Moscú estaría dispuesto a hacer en caso de que se entablara una negociación bilateral.
El mayor obstáculo para firmar la paz pendiente de la II Guerra Mundial
La protesta se produjo poco después de que el ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, apuntara la posibilidad de devolver dos de las cuatro islas Kuriles del Sur, oferta rechazada de inmediato por Japón. De poco valió que al día siguiente el presidente ruso matizara que "dos islas" es la mayor concesión que Moscú estaría dispuesto a hacer en caso de que se entablara una negociación bilateral.
El mayor obstáculo para firmar la paz pendiente de la II Guerra Mundial
La oferta rusa, que incluye la firma del Tratado de Paz pendiente desde la II Guerra Mundial, se cimenta en el reconocimiento de la Declaración de 1956, en la que la URSS admitió la posibilidad de devolver a Japón las dos islas más sureñas de las Kuriles. Según Ponomariov, este tratado constituyó en su momento una violación de la Constitución de la República Federal de Rusia, que exigía su visto bueno para realizar cambios en el territorio.
Japón mantiene su postura y demanda a Rusia la devolución de las cuatro islas Kuriles del Sur (Habomai, Shikotan, Kunashir e Iturup), arrebatadas por la Unión Soviética al moribundo imperio nipón en febrero de 1946. El Gobierno japonés exige la devolución de las Kuriles meridionales como condición para la firma de un tratado de paz que sustituya al armisticio vigente entre ambos países desde el fin de la contienda mundial.
Las Kuriles no sólo son el mayor obstáculo para la normalización de las relaciones entre Rusia y Japón, sino que amenazan con agriar la visita oficial de Putin a Japón, cuyas fechas podrían quedar cerradas este sábado durante el encuentro entre ambos líderes en Chile.
Japón mantiene su postura y demanda a Rusia la devolución de las cuatro islas Kuriles del Sur (Habomai, Shikotan, Kunashir e Iturup), arrebatadas por la Unión Soviética al moribundo imperio nipón en febrero de 1946. El Gobierno japonés exige la devolución de las Kuriles meridionales como condición para la firma de un tratado de paz que sustituya al armisticio vigente entre ambos países desde el fin de la contienda mundial.
Las Kuriles no sólo son el mayor obstáculo para la normalización de las relaciones entre Rusia y Japón, sino que amenazan con agriar la visita oficial de Putin a Japón, cuyas fechas podrían quedar cerradas este sábado durante el encuentro entre ambos líderes en Chile.
