L D (Agencias) Maragall profirió tales declaraciones durante una conferencia que pronunció en la sede del Ministerio de Exteriores marroquí, con Mohamed Benaissa –titular del citado departamento– haciendo las veces de presentador. El presidente del Gobierno autonómico catalán se mostró inquieto por el ensanchamiento de las diferencias económicas y el aumento de la "incomprensión" entre ambas riberas del Mediterráneo, y apostó por recuperar la estrategia "multilateral" para abordar conflictos "políticos y militares enquistados".
La "creación de oportunidades económicas para todos" y la garantización “sin excepciones de los derechos humanos y las libertades políticas" son "la mejor forma de restar oxígeno al terrorismo", afirmó. Asimismo, dijo que la respuesta internacional ante las "explosiones mortíferas de odio" provocadas en los últimos años por la violencia terrorista ha sido "equivocada" cuando “se han dejado de lado los marcos multilaterales de diálogo y concertación", en los que deben participar tanto los Estados árabes como los europeos y los del resto del mundo, “y muy en particular los Estados Unidos".
Tras reclamar que la lucha contra el terrorismo se inscriba en el más escrupuloso respeto a la legalidad, Maragall se refirió expresamente al conflicto entre Palestina e Israel en los siguientes términos: "Mientras no haya coraje político para adoptar la que todos sabemos es la única solución justa y duradera: dos Estados viables, independientes y en paz, la estabilidad (en Oriente Próximo) será un sueño”.
Más escueta fue su referencia al conflicto que mantiene Marruecos con el Polisario a propósito del Sahara Occidental, pues se limitó a augurar soluciones tras las expectativas creadas, a su entender, con la visita del presidente Zapatero a Mohamed VI.
Maragall defendió una nueva "política de vecindad" entre la Unión Europea y Rabat que suponga un "salto conceptual" sobre la propuesta de asociación contenida en el Proceso de Barcelona. A su juicio, se debe pasar de una relación asentada en la cooperación a otra sostenida por "modelos de integración" en sectores como la educación, las ayudas regionales o la liberalización económica.
Como punto de partida, el presidente autonómico catalán instó a los Gobiernos español y marroquí a "trabajar juntos" en un nuevo modelo agrícola, "más abierto y competitivo", que ponga fin a los constantes desencuentros en materia de pesca.
Asimismo, afirmó que la Generalidad dará un nuevo impulso a las relaciones con el reino alauí, pues tiene la voluntad de erigirse en "punta de lanza de la política española en el Magreb”, y alabó las reformas políticas que está emprendiendo Rabat. "La democracia sólo triunfará si el Gobierno marrroquí puede satisfacer las aspiraciones de sus ciudadanos con una buena gobernanza", añadió.
Antes de pronunciar su conferencia, Maragall fue agasajado en Agadir por el rey de Marruecos.
