
(Libertad Digital) El ministro de Industria, José Montilla, ha enviado una carta al presidente del Congreso, Manuel Marín, en el que le informa de que "estaría encargado de incorporar a una representación de la Comisión de Industria, Turismo y Comercio" de la Cámara Baja con motivo de la próxima Conferencia Ministerial de la Organización Mundial de Comercio en diciembre de 2005.
Los miembros de esta Comisión participarían así en la Conferencia, pero lo harían, según informa Montilla en su carta, "en calidad de observadores, categoría equivalente a la de 'Advisor' en la delegación oficial de la Unión Europea y en las de otros países europeos".
Por si no quedaba claro, el ministro de Industria deja claro a Marín en calidad de qué acudirían los diputados anteriores: "Lo anterior (por la categoría 'Advisor') supone la asunción de una serie de condiciones derivadas fundamentalmente de las reglas que rigen tanto en la Unión Europea como en la OMC". "En una nota adjunta le detallo las citadas condiciones de participación", escribe Montilla.
Conviene destacar de esta nota los puntos cuatro y cinco:
"Respetará la autoridad del Jefe de la Delegación en las cuestiones relativas a la conducta como miembro de la misma".
"Respetará la confidencialidad de las discusiones mantenidas por la Delegación en reuniones de carácter formal e informal, así como de la Información y documentación recibida como miembro de la Delegación. En este sentido, se abstendrá de expresar públicamente sus opiniones ni conceder entrevistas a los medios de comunicación sin el permiso previo del Jefe de la Delegación".
El titular de Industria termina su misiva a Marín pidiendo que confirme el "compromiso" de los representantes de la Comisión del Congreso "de asumir las citadas condiciones de participación".
Sin precedentes
El hecho de que una delegación parlamentaria acompañe a un Gobierno en una Conferencia ministerial de la OMC no tiene precedentes. De hecho, nolo hace nigún país. Sí se da el caso de que delegaciones formadas por ONG, exportadores, empresarios, etc . Pero en ningún momento se les exige que se abstengan de hacer declaraciones públicas o a los medios de comunicación. Lo que parece subyacer en esta nueva estrategia de Montilla es que el previsible fracaso de la Cumbre de Hong Kong debido a la actuación de España y Francia, pueda diluirse y se presente a España como una delegación unida con miembros de la oposición incluida.
La Cumbre de Hong Kong abordará la reducción de los aranceles agrarios tanto de la UE y de EEUU, que son uno de los principales impedimentos que tienen los países subdesarrollados para competir en condiciones de igualdad y poder modernizar sus economías. El presidente de EEUU, George W. Bush, mostró su disposición para afrontar esta reforma en la última cumbre de Naciones Unidas.
Pero Francia se opone a reducir los privilegios de su sector agrícola a favor de la libre competencia y los países subdesarrollados. El pasado día 7 el ministro de Exteriores francés ya amenazó con vetar un acuerdo de la OMC si suponía "concesiones excesivas" de la Unión Europea en agricultura. Philippe Douste-Blazy se refirió en rueda de prensa a la advertencia que ya hizo su presidente, Jacques Chirac, a finales del mes de Octubre, cuando dijo que bloqueará un pacto en Hong Kong que haga peligrar la Política Agrícola Común (PAC), que consagra los privilegios de los agricultores franceses y europeos frente a los de los países pobres.
España comparte los criterios de Francia contrarios a la liberalización
El inmovilismo de Francia es absoluto, y ha dejado claro que la reforma de la PAC aprobada en 2003 y que hizo que las ayudas distorsionen menos el comercio es el límite de lo que la UE puede dar. Por eso ha amenazado que si la Comisión Europea sobrepasa en su oferta de Hong Kong esta "línea roja" vetará cualquier acuerdo. Y aquí es donde entra España, ya que el ministro Moratinos, tras la última reunión de ministros exteriores de la UE, ya adelantó que España comparte los criterios de Francia para afrontar la negociación. Este argumento quedó ya reflejado hace unas semanas en la carta que suscribió Francia con trece países más, entre ellos España, para reclamar a la Comisión, y sobre todo al comisario europeo de Comercio, Peter Mandelson, que no se extralimiten en sus concesiones agrícolas.
Esta actitud inmovilista de Francia, secundada por España, podría hacer fracasar la Cumbre de Hong Kong y dar al traste con el objetivo de la liberación comercial, en especial del sector agrícola, imprescindible para que los países subdesarrollados puedan acceder a los principales mercados del mundo. Conviene recordar que Francia y España son las impulsoras de la tan publicitada Alianza contra la Pobreza, que se basa en seguir con la política de subsidios y ayudas a los países pobres, que no ha dado resultado alguno durante décadas.
