
LD (EFE) Un avión militar eslovaco, Antonov An-24, se ha estrellado hacia las siete y media de la tarde de este jueves cuando la nave cayó en un bosque dentro de Hungría pero a sólo veinte kilómetros de la base militar eslovaca de Kosice, destino del vuelo procedente de Kosovo.
El Gobierno eslovaco celebró una reunión de urgencia en Bratislava, al término de la cual el ministro de Defensa, Gjuraj Liska, evitó confirmar el número de muertos puesto que aún disponía "sólo de datos incompletos". Los militares húngaros perdieron las señales de radar del avión que viajaba de Pristina (Kosovo) a Kosice (Eslovaquia) cerca de la localidad de Hejce, cuando se encontraba a mil metros de altura y se disponía a aterrizar en Kosice.
Las autoridades húngaras han autorizado la entrada de unidades de investigación eslovacas en su territorio, quienes determinaron que el avión se incendió tras estrellarse cerca de la localidad de Telkibanya, a 250 kilómetros de Budapest.
El superviviente rescatado del desastre tuvo tiempo para llamar tras el siniestro a su mujer, Michaela Farkasova, con su teléfono móvil para solicitar que avisase a las autoridades eslovacas, según declaró a la agencia eslovaca TASR. Su esposa dijo que "acababa de recobrar el conocimiento y no pudo dar más detalles. Sólo pudo decir que estaba en una zona boscosa antes de finalizar la conversación". Este hombre habría sido trasladado al hospital militar de Kosice.
Por su parte, el primer ministro eslovaco, Mikulas Dzurinda, declaró en una rueda de prensa que "podemos imaginar el dolor de las mujeres, hijos, madres y padres de los soldados que servían a la patria en Kosovo, y tengo entendido que algunos de ellos volvían para un buen ganado descanso".
