L D (EFE)
La reunión debía haberse celebrado en Ramala el viernes por la noche, en presencia de altos dirigentes del movimiento Al Fatah, al que tanto Arafat como Abu Mazen pertenecen. Fuentes palestinas dijeron que el encuentro fue cancelado después de que el presidente de la ANP expresara de nuevo al nuevo primer ministro su tajante oposición al nombramiento del ex coronel Mohamed Dahlán como ministro sin cartera y encargado de los organismos de seguridad.
Dahlán fue hasta el año pasado el jefe de la Seguridad Preventiva en la franja de Gaza y apoya la línea del primer ministro palestino sobre que la segunda Intifada contra Israel fue un “error histórico” para alcanzar las aspiraciones nacionales palestinas. Pero Arafat, así como otros altos funcionarios del Comité Ejecutivo de Al Fatah, trata de torpedear el nombramiento y prefiere que el encargado de los organismos de seguridad sea uno de sus hombres de confianza, Hani al Hasán, ministro de Interior en el Gobierno saliente.
En el último gobierno, el ministro del Interior estaba también a cargo de los organismos de seguridad, aunque Abu Mazen ha propuesto separar ambos asuntos como fórmula de compromiso, a fin de que Dahlán se encargue de la seguridad sin ostentar un cargo de tanta importancia. Sin embargo, Arafat sigue oponiéndose al nombramiento de Dahlán, hombre fuerte de Gaza y para muchos observadores el único que podría controlar a las organizaciones islámicas y de oposición.
Como medida para contrarrestar la influencia de Dahlán, este sábado ha trascendido que el Comité Ejecutivo de Al Fatah designó hace unos días a Al Hasan como asesor de seguridad del presidente Arafat, cargo que ya había ocupado en el pasado el propio Dahlán. El futuro político del ex coronel es uno de los últimos obstáculos que quedan entre Arafat y Abu Mazen para que éste último complete la formación de Gobierno y lo presente al Parlamento para su ratificación.
El jueves por la noche, ambos dirigentes alcanzaron un acuerdo en el que limaron gran parte de esas diferencias mediante los nombramientos como ministros de dos allegados de Arafat, Yaser Abed Rabó y Saeb Erekat. Abed Rabó, actual titular de Información, será el encargado de las negociaciones con Israel, lo que significa que a través de él Arafat estará representado en cualquier contacto o solución política con los israelíes. Erekat, que hasta ahora era ministro de Gobernación Local y jefe de los negociadores con Israel, estará a cargo del ministerio de Turismo o el de Comunicaciones. Se da la circunstancia de que este último ha sido uno de los mayores oponentes al nombramiento de Abu Mazen como primer ministro. La lista original de ministros que Abu Mazen propuso a comienzos de esta semana fue calificada por Arafat como una “provocación” a su autoridad, ya que dejaba fuera a una gran parte de su círculo de allegados.
El próximo miércoles concluye el período de cinco semanas del que dispone el primer ministro para formar gobierno, y que está compuesto por un primero de tres semanas previsto por ley y otros de dos como prórroga. Si hasta entonces no consigue presentar su nuevo Ejecutivo al Parlamento, Abu Mazen deberá devolver el mandato que el presidente de la ANP le concedió a mediados de marzo pasado o quizás pedir una nueva prórroga, según observadores palestinos. Mientras tanto, Estados Unidos ha alentado al primer ministro palestino a que no se rinda a las presiones de Arafat sobre la constitución de su gobierno.
La nueva administración forma parte de las condiciones exigidas para el llamado “Cuarteto de Madrid” para dar a conocer su propuesta de paz para Oriente Medio.
Dahlán fue hasta el año pasado el jefe de la Seguridad Preventiva en la franja de Gaza y apoya la línea del primer ministro palestino sobre que la segunda Intifada contra Israel fue un “error histórico” para alcanzar las aspiraciones nacionales palestinas. Pero Arafat, así como otros altos funcionarios del Comité Ejecutivo de Al Fatah, trata de torpedear el nombramiento y prefiere que el encargado de los organismos de seguridad sea uno de sus hombres de confianza, Hani al Hasán, ministro de Interior en el Gobierno saliente.
En el último gobierno, el ministro del Interior estaba también a cargo de los organismos de seguridad, aunque Abu Mazen ha propuesto separar ambos asuntos como fórmula de compromiso, a fin de que Dahlán se encargue de la seguridad sin ostentar un cargo de tanta importancia. Sin embargo, Arafat sigue oponiéndose al nombramiento de Dahlán, hombre fuerte de Gaza y para muchos observadores el único que podría controlar a las organizaciones islámicas y de oposición.
Como medida para contrarrestar la influencia de Dahlán, este sábado ha trascendido que el Comité Ejecutivo de Al Fatah designó hace unos días a Al Hasan como asesor de seguridad del presidente Arafat, cargo que ya había ocupado en el pasado el propio Dahlán. El futuro político del ex coronel es uno de los últimos obstáculos que quedan entre Arafat y Abu Mazen para que éste último complete la formación de Gobierno y lo presente al Parlamento para su ratificación.
El jueves por la noche, ambos dirigentes alcanzaron un acuerdo en el que limaron gran parte de esas diferencias mediante los nombramientos como ministros de dos allegados de Arafat, Yaser Abed Rabó y Saeb Erekat. Abed Rabó, actual titular de Información, será el encargado de las negociaciones con Israel, lo que significa que a través de él Arafat estará representado en cualquier contacto o solución política con los israelíes. Erekat, que hasta ahora era ministro de Gobernación Local y jefe de los negociadores con Israel, estará a cargo del ministerio de Turismo o el de Comunicaciones. Se da la circunstancia de que este último ha sido uno de los mayores oponentes al nombramiento de Abu Mazen como primer ministro. La lista original de ministros que Abu Mazen propuso a comienzos de esta semana fue calificada por Arafat como una “provocación” a su autoridad, ya que dejaba fuera a una gran parte de su círculo de allegados.
El próximo miércoles concluye el período de cinco semanas del que dispone el primer ministro para formar gobierno, y que está compuesto por un primero de tres semanas previsto por ley y otros de dos como prórroga. Si hasta entonces no consigue presentar su nuevo Ejecutivo al Parlamento, Abu Mazen deberá devolver el mandato que el presidente de la ANP le concedió a mediados de marzo pasado o quizás pedir una nueva prórroga, según observadores palestinos. Mientras tanto, Estados Unidos ha alentado al primer ministro palestino a que no se rinda a las presiones de Arafat sobre la constitución de su gobierno.
La nueva administración forma parte de las condiciones exigidas para el llamado “Cuarteto de Madrid” para dar a conocer su propuesta de paz para Oriente Medio.
