
L D (EFE) Una treintena de personas, entre las que se encuentran las tres españolas, permanecen desde este lunes como rehenes de los cuatro asaltantes dentro de la entidad bancaria de una localidad del estado central venezolano de Guárico.
La última hora es que las autoridades venezolanas han accedido a entregar la ambulancia que han exigido cuatro asaltantes que mantienen a más de 30 personas desde hace 27 horas como rehenes en un banco del centro del país. El gobernador del estado central de Guárico, Eduardo Manuitt, dijo que cinco de los rehenes se ofrecieron voluntariamente para acompañar a los cuatro asaltantes, que al parecer se comprometieron a ponerlos en libertad en algún lugar de esa región tras la huida.
Antes, uno de los asaltantes aceptaba que entrasen en la entidad un sacerdote y un médico para atender a los secuestrados. Jorge, nombre que dio el asaltante, declaró a la emisora colombiana Caracol Radio que acepta "para que vean cómo se está tratando a la gente, para que hablen con las personas" retenidas.
Agregó que están dispuestos a "liberar a los niños" y a una mujer embarazada de casi ocho meses. El delincuente dijo que siguen en contacto con las autoridades venezolanas para "ver a qué acuerdo llegamos". Según la información facilitada a la emisora desde el interior de la sucursal del Banco Provincial (BBVA) de Altagracia de Orituco, estado de Guárico, a unos 150 kilómetros de Caracas, los rehenes son 46 adultos y "unos cuatro o cinco niños".
Poco después, una mujer salió por su propio pie de la sede financiera tras pasar retenida más de 25 horas. La mujer, que salió a las 12.40 hora local (17.10 GMT) de la sede del Banco Provincial, fue identificada por medios locales como Soraida Castillo, y al parecer es una de las empleadas del banco. Según esos medios, la mujer abandonó la oficina bancaria y caminó hasta una ambulancia que estaba en las cercanías.
Los cuatro asaltantes, de entre 23 y 27 años, según declaró otro de los delincuentes que dijo llamarse Ricardo, no quieren "hacer daño a nadie".
El párroco de la localidad venezolana de Altagracia de Orituco, Pedro Pablo Aguilar, está pendiente de entrar con un médico al banco y espera mediar para que los niños sean liberados, según dijo a "Unión Radio". El padre Aguilar confirmó a la cadena caraqueña que su presencia y la del médico fueron solicitadas por los cuatro asaltantes.
"Ellos mismos han pedido que un sacerdote conjuntamente con un médico entren a las instalaciones del banco para poder revisar a algunas personas que están enfermas, una que sufre de cólicos nefríticos, otros que están deshidratados", dijo el sacerdote.
El párroco agregó que "posiblemente" su intervención pueda servir para mediar "un canje con los niños, porque hay tres niños allí dentro que están en condiciones difíciles".
Aguilar precisó que ha mantenido "reuniones de coordinación" con las autoridades presentes en el lugar, entre ellos el ministro del Interior, Ramón Rodríguez Chacín, y que espera la "orden de los expertos" para ingresar a la sede bancaria. "Estoy esperando la orden de los expertos, las instrucciones (...) y que los secuestradores se dispongan" a recibirlo, agregó el párroco.
El cónsul español precisó que la mujer, nacida en Caracas, y sus dos hijas son residentes de la localidad venezolana de Altagracia de Orituco, en el estado central de Guárico, donde unas treinta personas permanecen desde ayer como rehenes en la entidad bancaria.
"Hay 31 rehenes en este momento, de los cuales un bebé", dijo el cónsul español, Jorge Matres, quien añadió que la información sobre la presencia de ciudadanas españolas fue dada al consulado por una familiar de las rehenes. Agregó que el consulado español está en comunicación con las autoridades venezolanas, a las que informó de la presencia de la ciudadana española y sus dos hijas en la sucursal del Banco Provincia, propiedad del español BBVA.
Según el gobernador del estado de Guárico, Edaurdo Manuitt, los secuestradores exigen dinero y una ambulancia que llegue marcha atrás a la puerta del banco para huir con cuatro rehenes, tres mujeres que se han ofrecido, y el subgerente de la sucursal, Antonio Humache.
Manuitt dijo a la emisora colombiana que, en principio, no tenían inconvenientes en las dos primeras condiciones, pero no podían permitir la huida de los asaltantes con cuatro rehenes por la falta de garantías sobre su vida.
Los asaltantes, que mantienen en la mano sus armas de fuego y que disponen también al menos de una granada, según una empleada del banco, no quieren ya ni llevarse dinero, sino que no les maten, como dijo uno de ellos.
