
La Guardia Civil ha detenido en Barcelona a seis personas pertenecientes a una organización criminal, de la que previamente ya se habían efectuado otras nueve detenciones, acusada de estafar más de tres millones de euros a más de 1.200 clientes de banca digital.
Los acusados estafaban bajo la modalidad de Smishing, enviando de forma masiva mensajes SMS con un enlace de acceso a una web falsa de banca online, y luego, para obtener claves, llegaban incluso a llamar a las clientes haciéndose pasar por la entidad bancaria para conseguir segundas claves de verificación y así acceder a las cuentas reales. Así lo ha informado en una rueda de prensa la delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones.
Las seis detenidos recientemente formaban parte de la cúpula asentada en Barcelona, y se suman a las nueve detenciones practicadas durante la primera fase de la operación en las provincias de Toledo, Ciudad Real, Badajoz, Murcia y Valencia, además de cuatro registros, también en Barcelona.
La operación se inició en agosto de 2022 cuando la Guardia Civil recibió la denuncia de dos personas, residentes en las localidades de Vitigudino y Babilafuente (Salamanca), quienes manifestaron no haber autorizado la realización de transferencias bancarias en sus cuentas.
En el transcurso de la investigación, el número total de denunciantes por estos mismos hechos ascendió a 80 personas en la provincia de Salamanca y más de 1.200 perjudicados en el resto de España como en Dos Hermanas (Sevilla), Elche (Alicante), Lugo de Llanera (Asturias), Linares (Jaén), A Estrada (Pontevedra), Las Rozas, Torrejón de Ardoz Colmenar Viejo (Madrid) y Haro (La Rioja).
En la primera fase de la operación, los agentes desarticularon el entramado económico que la organización criminal tenía, cuyo método era circular el dinero por diferentes cuentas internacionales hasta hacerlo desparecer en carteras privadas de moneda virtual (criptomoneda).
Posteriormente, los agentes centraron la investigación en los "máximos responsables" de la organización criminal, donde se encontraban los autores materiales de las estafas, que conformaban una estructura "tecnológica".
Estas personas eran quienes disponían de los medios y conocimientos técnicos necesarios para el lanzamiento masivo de los SMS maliciosos y para la suplantación de las líneas telefónicas utilizadas para cometer las estafas. Además, tenían el control del dinero transferido ilícitamente a las cuentas bancarias por el que circulaba el mismo hasta las carteras privadas de moneda virtual.
